Manuscritos del tiempo
Santiago Martínez Cartier
Expreso Nova Ediciones, 2014
Novela, 84 pp.
por Rubén Sacchi
El tiempo, esa convención abstracta que el ser humano inventó para ordenarse
pasa, en la historia, a cobrar solidez, a tener una presencia y ocupar nuestra
mente de una manera no tan ideal como lo fue en su origen.
Esta primera novela de Santiago Martínez Cartier va más allá de la mutación
en concreto de ese producto de nuestro cerebro, ya que dicha entidad de pronto
se desentiende de toda convención previa y pasa a manejarse a su arbitrio,
donde cada protagonista se enfrenta a permanentes encrucijadas pero sin la
posibilidad de elegir qué camino tomar y el destino es sólo un viejo que nos
muestra lo inevitable.
La primera experiencia narrativa de este joven autor revela una escritura
fluida y buen manejo de la trama. Recuerda, por momentos, las historias del
japonés Haruki Murakami, con dos lunas que comparten el mismo cielo y un mundo
habitado por varios otros posibles. Buena metáfora de todo lo que puede
contener la mente y lo relativo de la realidad.
Esta aventura lisérgica, cuyos protagonistas mutan de identidad pero marchan
una y otra vez hacia un final trágico, está inscripta en la corriente
fantástica. Manuscritos del tiempo es una nouvelle fresca, con la dinámica
propia de los sueños o, para ser precisos, de las pesadillas.
Esto no es una nariz
Esto no es una nariz
Autores varios
Editorial Heterónimos, 2014
Ilustraciones, 104 pp.
por Rubén Sacchi
Entre los hitos culturales del año que nos ha dejado podemos, sin dudas, mencionar el Primer Congreso Internacional Witold Gombrowicz, que se llevó a cabo en la Biblioteca Nacional entre los días 7 y 10 de agosto.
Este evento de singulares características hizo un repaso de la figura y la obra del creador, del que participaron investigadores, escritores, psicoanalistas, periodistas, dramaturgos, sociólogos y amigos del autor de Ferdydurke, provenientes de los diferentes confines del planeta. Un city tour temático, la realización de un documental y un ciclo de teatro completaron las actividades en homenaje al escritor polaco.
Todo ello, más una muestra de cuarenta ilustradores, cuyos trabajos se reproducen en este volumen y son dignos de apreciar. Los plásticos plasmaron notables representaciones a partir de fragmentos de la obra de Gombrowicz, o bien inspirados en su figura y su genio.
Witold Gombrowicz nos acompañó por cerca de un cuarto de siglo, tiempo que duró su exilio, el que comenzó circunstancialmente con la Segunda Guerra Mundial. En nuestro país editó la mayor parte de sus trabajos y dejó su marca en las vanguardias literarias de entonces y sus camaradas del café Rex. Recorrió el país, deteniéndose en cuanto punto cultural lo sedujera, es así que llegó a dar charlas en el Centro Cultural Dimensión, de Santiago del Estero, cuya revista homónima dirigía el desaparecido Francisco René Santucho.
Su característico estilo, corrosivo, rayando el absurdo, arremete contra las tradiciones y toda institución que promueva una identidad colectiva, así su discursoantinacionalista provocó que su obra estuviese censurada en su país durante varios años.
Esto no es una nariz se presenta en una edición cuidada, buena impresión en papel ilustración de alto gramaje en la que participan algunos de los principales artistas argentinos. Es una visión diversa, como a él le hubiese gustado. Cuarenta pares de ojos que ven otras tantas representaciones suyas con la pluralidad que caracterizó su pensamiento y su obra.
Participaron con sus trabajos, los ilustradores:
Javier Basile, Pablo Bernasconi, Pablo Bisoglio, Elda Broglio, Gastón Caba, Caro Deklerk, Belén Echeverría, Vero Escalante, Julieta Farfala, Agustín Fernández Jeansalle, Lucas Giono, Carmen Gorosito, Nicolás Hochman, Mercedes Lara, Guillermo Lizarzuay, Catriel Martínez, Darío Mekler, Ana Paula Méndez, Lucas Mercado, María Montiel, Sofía Noceti, Mariela Nussembaum, Pablo Olivero, Leticia Paolantonio, Horaio Petre, Juan Pez, Federico Plaza Montero, Gabi Piserchia, Catalina Raitzin, Javier Reboursin, Martín Rizzo, Gabi Salem, Fernando Sawa, Agustín Sciannamea, Marcos Sciannamea, Mariano Sidoni, Gabriela Thiery, Martina Trach, Mariano Valerio, José Villamayor y Tobias Wainhaus.
Autores varios
Editorial Heterónimos, 2014
Ilustraciones, 104 pp.
por Rubén Sacchi
Entre los hitos culturales del año que nos ha dejado podemos, sin dudas, mencionar el Primer Congreso Internacional Witold Gombrowicz, que se llevó a cabo en la Biblioteca Nacional entre los días 7 y 10 de agosto.
Este evento de singulares características hizo un repaso de la figura y la obra del creador, del que participaron investigadores, escritores, psicoanalistas, periodistas, dramaturgos, sociólogos y amigos del autor de Ferdydurke, provenientes de los diferentes confines del planeta. Un city tour temático, la realización de un documental y un ciclo de teatro completaron las actividades en homenaje al escritor polaco.
Todo ello, más una muestra de cuarenta ilustradores, cuyos trabajos se reproducen en este volumen y son dignos de apreciar. Los plásticos plasmaron notables representaciones a partir de fragmentos de la obra de Gombrowicz, o bien inspirados en su figura y su genio.
Witold Gombrowicz nos acompañó por cerca de un cuarto de siglo, tiempo que duró su exilio, el que comenzó circunstancialmente con la Segunda Guerra Mundial. En nuestro país editó la mayor parte de sus trabajos y dejó su marca en las vanguardias literarias de entonces y sus camaradas del café Rex. Recorrió el país, deteniéndose en cuanto punto cultural lo sedujera, es así que llegó a dar charlas en el Centro Cultural Dimensión, de Santiago del Estero, cuya revista homónima dirigía el desaparecido Francisco René Santucho.
Su característico estilo, corrosivo, rayando el absurdo, arremete contra las tradiciones y toda institución que promueva una identidad colectiva, así su discursoantinacionalista provocó que su obra estuviese censurada en su país durante varios años.
Esto no es una nariz se presenta en una edición cuidada, buena impresión en papel ilustración de alto gramaje en la que participan algunos de los principales artistas argentinos. Es una visión diversa, como a él le hubiese gustado. Cuarenta pares de ojos que ven otras tantas representaciones suyas con la pluralidad que caracterizó su pensamiento y su obra.
Participaron con sus trabajos, los ilustradores:
Javier Basile, Pablo Bernasconi, Pablo Bisoglio, Elda Broglio, Gastón Caba, Caro Deklerk, Belén Echeverría, Vero Escalante, Julieta Farfala, Agustín Fernández Jeansalle, Lucas Giono, Carmen Gorosito, Nicolás Hochman, Mercedes Lara, Guillermo Lizarzuay, Catriel Martínez, Darío Mekler, Ana Paula Méndez, Lucas Mercado, María Montiel, Sofía Noceti, Mariela Nussembaum, Pablo Olivero, Leticia Paolantonio, Horaio Petre, Juan Pez, Federico Plaza Montero, Gabi Piserchia, Catalina Raitzin, Javier Reboursin, Martín Rizzo, Gabi Salem, Fernando Sawa, Agustín Sciannamea, Marcos Sciannamea, Mariano Sidoni, Gabriela Thiery, Martina Trach, Mariano Valerio, José Villamayor y Tobias Wainhaus.
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