Veniales y mortales
Gito Minore
Clara Beter Ediciones, 2019
Cuento, 146 pp.
por Rubén Sacchi
Recuerdo un disco de Litto Nebbia, con tapa de Pérez Celis, llamado Melopea, que sonaba en las radios allá por el 73. Uno de sus temas, decía: “Cortá un pedazo de torta y dame,/ vamos hasta la esquina a ver qué pasa,/ todo está en orden/ como es costumbre./ Si algo ha cambiado, eso es nosotros,/ el otro cambio, los que se fueron”.
Esa idea de continuidad de lo cotidiano es lo que acerca el libro de Gito Minore, aunque las situaciones planteadas sean sorprendentes y hasta parezcan grotescas, como la historia que abre el volumen, El embole, todo un canto a la hilaridad y una metáfora de la necesidad de romper con lo establecido.
El autor, que ya afirmó un estilo, trabaja hechos habituales y plantea escenarios diversos, que exhiben toda su crudeza. Nada de lo narrado escapa a la realidad, sólo que evita el edulcorado artificial, muy en boga para la complacencia de los lectores, y agrega una buena dosis de imaginación que a veces raya con lo surreal y es el contrapeso necesario para que esa complacencia atraviese una elaboración, un análisis necesario e imprescindible para que el lector no sea un mero espectador del texto, sino que participe del proceso que devenga en una visión final que lo nutra, en tanto lector, como resignificador del hecho literario.
La vejez, la violación, la precariedad que arroja a la delincuencia y la objeción de conciencia ante un padre represor, son algunos de los tópicos que se desarrollan sin atenuantes en el trabajo de Minore.
Interesante propuesta de una editorial independiente, que lleva varios años abriendo una brecha en el mercado alternativo.
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