de Gabriel Devoto
Teatro La Tertulia. Gallo 826, C.A.B.A.
Sábados 21 hs.
por Rubén Sacchi
El saber popular alecciona acerca de que "la justicia, aunque tarde, siempre llega". Cuando a principios de los años 70 se apagaba el recuerdo de la genial pareja cómica, conocida como Laurel and Hardy, el escritor Osvaldo Soriano publicó Triste, solitario y final, novela que recordaba al dúo en toda su maravilla, aunque mostraba una faceta menos difundida: la de perdedores, imagen que los personajes llevaron al cine con toda su candidez, tanto en el plano amoroso, como en el laboral y el social. Casi medio siglo después de aquel homenaje, Entrañables pone nuevamente en cartel a la vieja dupla restañando una vieja deuda.
Reconociendo el antecedente de Quimera de un artista, obra de Devoto en homenaje a Charles Chaplin, esta nueva propuesta mantiene el formato de aquella. Un manejo multimedial de lujo, a cargo de María Eugenia González Choque, funde teatro y biógrafo y logra una síntesis de formato interesante, que da dinámica a la obra, mientras que retrotrae a las viejas épocas del blanco y negro, con toda su estética.
Se hace en la pieza un fuerte hincapié en la amistad, algo que los artistas practicaban más allá de los papeles ficcionales. Es ese valor lo que los lleva a enfrentar situaciones de lo más disparatadas y absurdas, echando mano a las herramientas utilizadas en las tiras originales: exageración de la violencia física y secuencia de gags que no dan respiro al espectador, así como la reiterada repetición de una situación simple, que por esa sencilla iteración se transforma en hilarante, quizás inspirados en el ensayo que su contemporáneo, el filósofo francés Henri Bergson, tituló La risa, donde manifestaba que: "Es cómico todo incidente que atrae nuestra atención sobre la parte física de una persona cuando nos ocupábamos de su aspecto moral".
La escenografía es breve y dúctil, trabajada con inteligencia y economía de recursos, y la propia naturaleza de la obra permite manipularla en público, sin restar interés en el espectador. Luces y sonido hacen lo correcto, para una puesta que no requiere estridencias. Vestuario y maquillaje acompañan sin errores un trabajo de observación que va a reforzar las magistrales actuaciones del duo, seguramente fruto de horas visionando material de archivo fílmico y mucho entrenamiento físico. El resto del elenco acompaña y resuelve muy bien las diferentes situaciones.
La carrera de aquel equipo de dos atravesó una época difícil para el público que los admiraba. La Gran Depresión económica de 1929 y la Segunda Guerra Mundial no fueron momentos fáciles para los norteamericanos. ¿Por qué, entonces, tenía tanto éxito la pareja de humoristas? ¿había algo de que reírse en esos días? La respuesta debemos buscarla en la cualidad sanadora de la risa. Ante la adversidad y el dolor, la risa funciona como un bálsamo mágico que, por un momento, cura nuestras heridas. Así como ayudó a aquella sociedad para superar esa etapa, hoy Entrañables es una pieza fundamental para sobrellevar la crisis que el neoliberalismo y su correlato de miseria y frustración traen a nuestra gente. Volviendo a Bergson: "Para comprender la
risa (…) hay que determinar ante todo su función útil, que es una función
social".
Elenco:
Gabriel Devoto: Stan
Daniel Di Rubba: Oly
Basia Fiedorowicz: Presentadora/Señorita/Vecina/Anciana
Leila Loforte: Presentadora/Señorita/Esposa
Oscar Trussi:
Heladero/Administrador/Gorila/Vecino/Militar
Equipo:
Asistencia de dirección:
Alicia Barreiro
Diseño de luces: Florencia
Carboni
Edición multimedia: María
Eugenia González Choque
Sonido: Federico Martínez
Vestuario: Nélida Bellomo
Utilería: Silvina
Apfelmann
Iluminación: Ariel
Campos
Fotografía: Manuel Ruiz
Trailers: Gabriel
Devoto
Entrenamiento corporal:
Lucas Maiz
Producción: DARABAKE
Idea, Dirección y Puesta
en escena: Gabriel Devoto
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