Remos de cartón
Roberto Goijman
Ediciones Camelot América, 2018
Poesía, 102 pp.
por Rubén Sacchi
Con el libro en mis manos, no pude menos que recordar esa vieja canción de Javier Martínez, interpretada por el grupo Manal, que decía: “Si no hablo de mí/ ¿de quién voy a hablar?/ Yo ya soy otro hombre,/ diferente a otro igual”. Es que, más allá de que todos siempre hablen de sí mismos, este libro representa un momento muy personal, muy íntimo en la vida de Goijman, que refiere a la pérdida de su audición.
El título del libro es una metáfora perfecta del drama que lo sobrevuela. Una oreja que no escucha puede ser estéticamente útil, pero no representa la esencia vital. Un remo de cartón es un remo, pero en el agua se disolvería y sería algo inútil, sin función.
El libro se divide en siete partes que abarcan el último año de su sordera y comienzan con un amor en Chile, al que sigue el proceso de adaptación en que la vista reemplaza al oído y hasta el tacto vibra como un tímpano en el momento del amor. Nos dice: “todo comienzo genera un límite/ y lo rompe”.
Hay momentos de reflexión política en ese exilio sonoro; lo erótico es plasmado de la manera más sublime. Directo y metafórico, salvaje y culto; contradictorio, como lo es el hombre.
Luego de lamentar: “No más música, ni grandes charlas/ ni voces o gemidos”, la esperanza lo cubre todo, y se hace realidad.
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