Los Ñoquis
Documental de María Laura
Cali
Duración: 76’
Por Eduardo Silveyra
Un documental realizado a
pulmón por trabajadores despedidos del Ministerio de Cultura, muestra las
prácticas siniestras del gobierno de Macri en cuanto a despidos y achique del
estado. Con una difusión a través de las redes y el boca en boca, hay que estar
atentos a su proyección y al debate.
¡Ñoquis! El plato de pasta
que por tradición se come los días 29 de cada mes, también pasó a ser el
calificativo despectivo con el cual se nombra a los trabajadores estatales en
la jerga popular, dado que el mito instalado en el inconsciente colectivo
indica que no trabajan y sólo se presentan ese día para cobrar sus haberes.
Esta falacia comenzó a encarnarse socialmente a partir de un sketch, en el cual
el cómico Antonio Gasalla interpretaba a una empleada pública que maltrataba y
desatendía al público, el que se acercaba a solicitar turno en la mesa de
entradas de un hospital. Cabe indicar que esto no fue casual, el programa media
buenos puntos de rating en la pantalla de los 90, los años donde el menemismo
realizó el primer achique del estado, al aplicar las recetas neo liberales del
FMI. Con un racconto necesario sobre este accionar, comienza el documental Los
ñoquis, dirigido por María Laura Cali quien, además de ser
documentalista y actriz, es trabajadora del estado en la actual Secretaría de
Cultura de la Nación. Ella misma fue despedida y luego reincorporada a su
trabajo.
Sí bien el documental está
centrado sobre el desguace llevado adelante por el gobierno de Cambiemos en la
Secretaría de Cultura muestra, en los diversos testimonios, como se fueron
implementando los despidos y el desmantelamiento de las políticas públicas
propias de esa área y para cuya concreción no se escatimaron medios, que fueron
desde la persecución personal, el amedrentamiento, el acoso y el robo de
herramientas de trabajo por parte de funcionarios, con el mero fin de dejar sin
tareas a los trabajadores. Tampoco se deja de lado el hecho relativo a la
precarización laboral dentro del estado, una práctica maliciosa que durante la
gestión del gobierno nacional y popular se aplicó y que la administración
cambiemita agudizó a extremos inescrupulosos, al llevar a la mayoría de los
trabajadores y trabajadoras estatales a sueldos que se ubican por debajo de la
línea de pobreza, según datos de las organizaciones gremiales. En ese sentido,
este apuntamiento es un llamado a la reflexión acerca de cómo encarar el tema
del empleo público en el próximo gobierno.
Otro de los fines que
persiguió la directora María Laura Cali y su equipo, fue comenzar a romper la
estigmatización que pesa sobre los trabajadores estatales. En ese aspecto se
puede señalar que, en parte, ha logrado su cometido y es de lamentar que no se
haya podido visualizar lo sucedido en otros ministerios, como el de
Agroindustria, donde el desmantelamiento de las políticas ha llevado a miles de
agricultores familiares a la ruina, que la eliminación de muchos proyectos ha
hecho sucumbir a las economías regionales y que el despido de 35 mil
trabajadores y técnicos, no solo ha contribuido a esto, sino que ha beneficiado
al sector monopólico de la agricultura industrial y el agro negocio. Vale
mencionar también, la muerte y el suicidio de trabajadores y trabajadoras,
tanto en la sede de Paseo Colón, en capital y las sucedidas en las delegaciones
del interior. Pero esta limitación se torna relativa, si tenemos en cuenta que
la obra fue hecha sin apoyo del estado ni de otras instituciones, lo que
soslaya la merma. Se trata de una realización hecha por trabajadoras y
trabajadores que en su momento fueron despedidos, algunos reincorporados y
otros no.
Ver Los ñoquis es casi una
obligación, para todos aquellos que asumimos al estado como una herramienta de
transformación social cuyo rol, en un país que proyectamos con derechos, es
garantizar la justicia social y las políticas redistributivas que permitan
consolidar esos anhelos. Abrir las puertas de todos los espacios populares,
sean estos centros culturales, locales políticos, sindicatos, es una obligación
militante, para ejercer el debate y la discusión y comenzar, desde abajo, el
cambio necesario que nos permita construir una patria justa, libre y soberana,
lo cual es decir una patria con un estado popular presente en cada necesidad.
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