El mar preferido de los piratas
Ricardo Mariño
Ilustraciones de Rodrigo Luján
Alfaguara Infantil, 2009
Cuento, 64 pp.
por Eva De Bartolo
-Un día arranqué el ancla que detiene a mi navío lejos de los mares
Henri Michaux
Con esta cita Ricardo Mariño comienza a tejer las historias de El mar preferido de los piratas, que tienen como hilo conductor el sueño del Viejo de tener un mar frente a la puerta de su casa. Para lograrlo acarrea un balde de agua de mar todos los días y la deposita en un pozo cavado ex profeso, “tarea verdaderamente difícil aunque contara con un buen balde”. Rápidamente se despierta la solidaridad de sus vecinos, el camionero, el zapatero, el albañil, alumnos buenos y malos que colaboran de una forma u otra para que el mar alcance un buen tamaño. A partir de allí otros personajes aparecen y se crean situaciones algunas complicadas, otras no tanto, de las cuales se desembarazan gracias a la imaginación y la solidaridad.
Ricardo Mariño, como siempre, nos ofrece estos entrañables personajes, insólitos, divertidos, desenvolviéndose cómicamente en situaciones que rozan el absurdo y de las que salen airosos con ingenio y espíritu comunitario. Y en los cuales, además, los sueños son el motor fundamental que hacen que, con los pies en la tierra pero con mucho vuelo, la vida sea digna de ser vivida. En este mundo donde todo se compra o se vende, no es poca cosa.
Este libro, como así también todos los demás del mismo autor, son altamente recomendables a la hora de pensar en formar una buena biblioteca infantil e incentivar la lectura.
Las ilustraciones de Rodrigo Luján son buenas pero cabe para ellas una crítica: el Pirata de Mariño no es el mismo que ilustra Rodrigo y, entonces, el lector se pregunta: ¿habrá leído el libro antes de dibujar?
Ricardo Mariño
Ilustraciones de Rodrigo Luján
Alfaguara Infantil, 2009
Cuento, 64 pp.
por Eva De Bartolo
-Un día arranqué el ancla que detiene a mi navío lejos de los mares
Henri Michaux
Con esta cita Ricardo Mariño comienza a tejer las historias de El mar preferido de los piratas, que tienen como hilo conductor el sueño del Viejo de tener un mar frente a la puerta de su casa. Para lograrlo acarrea un balde de agua de mar todos los días y la deposita en un pozo cavado ex profeso, “tarea verdaderamente difícil aunque contara con un buen balde”. Rápidamente se despierta la solidaridad de sus vecinos, el camionero, el zapatero, el albañil, alumnos buenos y malos que colaboran de una forma u otra para que el mar alcance un buen tamaño. A partir de allí otros personajes aparecen y se crean situaciones algunas complicadas, otras no tanto, de las cuales se desembarazan gracias a la imaginación y la solidaridad.
Ricardo Mariño, como siempre, nos ofrece estos entrañables personajes, insólitos, divertidos, desenvolviéndose cómicamente en situaciones que rozan el absurdo y de las que salen airosos con ingenio y espíritu comunitario. Y en los cuales, además, los sueños son el motor fundamental que hacen que, con los pies en la tierra pero con mucho vuelo, la vida sea digna de ser vivida. En este mundo donde todo se compra o se vende, no es poca cosa.
Este libro, como así también todos los demás del mismo autor, son altamente recomendables a la hora de pensar en formar una buena biblioteca infantil e incentivar la lectura.
Las ilustraciones de Rodrigo Luján son buenas pero cabe para ellas una crítica: el Pirata de Mariño no es el mismo que ilustra Rodrigo y, entonces, el lector se pregunta: ¿habrá leído el libro antes de dibujar?
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