Las malas palabras


Las malas palabras
Ariel C. Arango
ACA Ediciones, 2010
Ensayo, 236 pp.

por Rubén Sacchi

Si suponemos la palabra como representación de una idea, necesariamente nos preguntamos: ¿existen las malas palabras o hay solo malas ideas? o, lo que es más, ¿no es la subjetividad individual la que les da tal categoría?
Un recorrido por el catálogo de vocablos prohibidos por las convenciones sociales nos lleva inevitablemente a dos territorios clave: el sexo y lo escatológico, sus combinaciones y variantes.
La cuestión es abordada por el Licenciado Ariel C. Arango, quien de manera casi lúdica nos propone un paseo por las diferentes culturas y sus temas considerados tabú. La descripción de grandes obras de la plástica y la literatura, profusas en alusiones o, más aún, en explicitudes al respecto, sazona las páginas del libro, mostrando a respetados autores proferir palabras hoy cuasi criminalizadas, aunque aceptadas en otros tiempos u otras latitudes como correctas y hasta de buen gusto.
Hace un par de meses, el libro fue llevado al teatro en una magistral interpretación, casi literal; sin embargo, una cosa no quita la otra. Nada reemplaza el deleite de pasar las hojas en esa íntima ceremonia de la lectura que, una vez concluída, nos permita llegar a tiempo a la sala.

La biblioteca de mi padre


La biblioteca de mi padre
Diana Sánchez
Edición de autor, 2010
Cuento, 20 pp.

por Rubén Sacchi

Cierta vez, mi nieto Agustín, de tres años, pidió que le contara un cuento. Era tarde y estaba cansado por lo que apelé a mi memoria para evitar salir de la cama. Ni bien comencé me dijo: “Ese no, uno de veras”, ante mi sorpresa agregó: “uno de pasar las hojas”. No hubo más remedio que bajar las escaleras y escoger un volumen impreso. A partir de entonces, comprendí que la culpa era nuestra, que lo habíamos estimulado con libros desde la cuna. Ese contacto con el objeto-libro lo marcó para siempre.
En esta historia, Diana Sánchez habla de una niña pequeña, que no sabe leer. Sin embargo, clandestina en la biblioteca paterna, toma un libro, lo abre, lo acaricia e imagina una historia, la ve, casi la vive. Ese lugar pasa a ser escenario mágico de sucesivas complicidades entre ambos personajes.
La historia incluye otros relatos que, encadenados, componen una especie de diario de vida. Con sus capítulos alegres y de los otros, los que abundan, aunque no nos percatemos porque, como decía Eduardo Galeano: “Requiere más coraje la alegría que la pena. A la pena, al fin y al cabo, estamos acostumbrados".

El rock de los limbos


El rock de los limbos
Carmen Iriondo
Paradiso Ediciones, 2011
Poesía, 64 pp.

por Rubén Sacchi

Ni cielo, ni infierno. El limbo es el sitio donde van las almas que no alcanzaron estado de gracia. El lugar de los parias celestiales, con menos derechos que los pasajeros del purgatorio. En medio de ese flotar (como en la barca de Caronte) El rock de los limbos aparece como oxímoron; o como un punto de ruptura con aquel fluir pasivo.
La vida y la muerte en disputa, debajo “el lago de hielo” donde “una patinadora/ corre riesgos”, mientras “un cuervo sobrevuela”, condice con la apertura del libro: cuando uno testa para que esa última voluntad se la coman las ratas, “no hay nada que decir”.
La metáfora pone en el cementerio “coronas de primavera falsa” y viste a la violinista Jacqueline Du Pré de amarillo, color de “agüero/ umbrío para el allegro en floración de tus tendones”.
La niñez arropada en la clásica siente irrumpir una juventud de rock y mayo francés: “aspiraban a todo en tiempos juveniles/ …/ cruzaban el puente cubierto de ignorancia”. Las notas de Manuel Rego dejan paso al “inmanente sonido rabioso de ser joven/ y crearle ruidos a la violencia”, pero la maravilla musical provoca la inevitable fusión y “saint saëns besa a Pappo antes de acabar”.

El amhor, los orsinis y la muerte


El amhor, los orsinis y la muerte
Néstor Sánchez
Paradiso Ediciones, 2011
Novela, 296 pp.

por Rubén Sacchi

Con este volumen, la editorial Paradiso completa la reedición de la obra del escritor Néstor Sánchez que, si bien no entra en la categoría de “escritor maldito”, no es merecidamente valorado.
El amhor, los orsinis... retoma la línea narrativa y la atmósfera de Siberia blues, quizás su trabajo más emblemático. Dueño de una prosa harto metafórica, alardea, como quien baila un tango, de maravillosos firuletes para plasmar una situación que, de otra manera, resultaría
trivial, como el hombre que apoya a una mujer en el colectivo.
Estudios en profundidad del trabajo intentan desentrañar el hermetismo de ese estilo distante, como visto de afuera, y explicar detalles que parecen caprichosos, como la “h” de “amhor”. Al respecto, escribió Osvaldo Lamborghini (Revista Periscopio, 1969): “Un análisis desde el punto de vista fonológico (...) podría estudiar el valor de esas dos haches silenciosas, la de marihuana y la de amhor: el sostenido rigor de la novela impide pensar que esa relación es puramente casual”.
Tamaña afirmación, permite al lector intentar una mirada de tinte alucinógeno, que no por tal evitará la tragedia, casi como ropaje de los protagonistas.

Un año


Un año
Jean Echenoz
Mardulce, 2011
Novela, 80 pp.

por Rubén Sacchi

¿Cómo es despertar y hallar a nuestro lado, en la misma cama, un muerto? Esto le pasó a Victoire y si bien la historia no pareciera escapar al común con otros cientos de ellas que se plantean de igual forma, no es precisamente el caso de Un año.
Es que esta bella mujer no atina a recordar nada y, ante la duda de su ­posible culpabilidad en el deceso, hace su maleta, toma un taxi hasta la estación de Montparnasse y comienza, en un tren, un viaje que tiene algo de huida y vagabundeo.
Con un lenguaje moderno, Echenoz describe al personaje como alguien que escapa continuamente, mudando de lugares mientras deja en el camino parte de sus bienes personales. Esa reducción, voluntaria o contingente, la acorrala en la indigencia. Una historia posible en un mundo en el que la realidad parece resbalar por la epidermis sin lograr penetrar los poros.
El periplo ocupa doce meses, un ciclo que, como tal, vuelve al origen, al París en que dejó un cadáver sobre la cama. Allí, un encuentro casual pone las cosas en otro orden. Maravilloso e inesperado final que hará que nuestra mente siga buscando las explicaciones posibles.

Combatientes de Perón, herederos de Cristo


Combatientes de Perón, herederos de Cristo
Humberto Cucchetti
Prometeo libros, 2011
Ensayo, 436 pp.

por Rubén Sacchi

“Con el fusil en la mano y Evita en el corazón, Montoneros, ¡Patria o muerte! para la liberación”, retumbaba el cántico de la columna que, bajo pancartas de Montoneros, arribaba a Plaza de Mayo. La letra explicitaba una interpretación del peronismo que difería sustancialmente de la de otros sectores cercanos al viejo líder; la música, coincidía con la legendaria Marcha Peronista. Ambas facciones estaban decididas a dar el aliento por Perón y los unos cobraron las vidas de los otros. Dos proyectos de país bajo una misma bandera.
Estas relaciones, difíciles de explicar, son parte de la materia que aborda el libro de Cucchetti. Partiendo de la Resistencia Peronista, la formación de Guardia de Hierro y la Organización Unica del Trasvasamiento Generacional, recorre las diferentes experiencias armadas, no sólo de ese signo, sino también las de origen y praxis marxista, como fue el Partido Revolucionario de los Trabajadores y su brazo armado, el Ejército Revolucionario del Pueblo, que compartiera operaciones con organizaciones peronistas.
Para echar luz sobre esa porción de la historia y la dinámica que la caracterizó, acude a una abundante bibliografía especializada, cuyas conclusiones al respecto no son siempre coincidentes, motivo que hace más rica la información al poder visualizar gran parte del abanico de ideas que nacieron de los diferentes estudios, como también de testimonios de los actores contemporáneos a los sucesos. Tales fuentes difícilmente resulten asépticas, sino que inevitablemente estarán teñidas de ideologías contrapuestas que propondrán una interesante variedad de lecturas.
La idea del ensayo, de vincular aquella práctica con la religión secular, en ocasiones obedece a la relación directa de los protagonistas con organizaciones religiosas (Acción Católica, Juventud Universitaria Católica, etc.) y en otras, a la sacralización de la lucha, cuya evidencia quizás más fuerte se halle en la consigna acuñada por entonces de “Patria o Muerte” o en el panfleto anónimo que se reproduce en el libro: “... solamente Nostros mismos nos salvaremos a Nosotros Mismos, así la victoria estará próxima, tanto como el amanecer lo está de lo más oscuro de la noche”, donde las mayúsculas santifican la pluralidad.
Un interesante recorrido entre el militante de base devenido en cuadro, que supone un “profesionalismo” de la práctica política.

La ingratitud


La ingratitud
Matilde Sánchez
Mardulce, 2011
Novela, 176 pp.

por Rubén Sacchi

La ingratitud es materia de las relaciones humanas. Difícilmente las haya sin que, en algún momento, pensemos que no merecíamos esa devolución.
En la novela de Matilde Sánchez, las situaciones en general llevan a ese resultado: la relación de la protagonista con su lejano padre; la de Ramón y Georgia con su país natal; la de aquella con el turco y la de éste con su familia; también la de los vecinos polacos y la de ella con el perro de los mexicanos. Quizás, opera en todos una inercia contagiada del marco de soledad que da el paisaje del duro invierno alemán, interior y exterior y, concede el personaje: “aceptar siempre es más sencillo que negarse”.
Largas cartas a un padre que responde algunas líneas, todo inmerso en una lengua “que sirve solo para dar órdenes”, la búsqueda del teléfono como alternativa arroja similar resultado. Quizás, su propia reflexión acerque una respuesta: “...so­mos seres parlantes. Por eso, enmudecer es la primera condición para permanecer al margen”.
La sombra de Nietzsche sobrevuela la historia, aunque solo se lo aluda como el Filósofo y es ante su tumba donde atina una respuesta: “....todo el tiempo, mi padre y yo hemos estado viviendo en un mismo lugar".

7º Encuentro de Escritores Eldorado 2009


7º Encuentro de Escritores Eldorado 2009
Autores varios
Th Barrios Rocha Ediciones, 2011

por Rubén Sacchi

Todos los años, la localidad misionera de Eldorado recibe calurosamente la visita de escritores de todo el país. No faltan, además, visitantes extranjeros que se adentran en los misterios de esa querida selva para dar testimonio de su quehacer literario y artístico, ya que disciplinas como la plástica, la música y el teatro son invitados de lujo a la fiesta y evidencian cuán cerca se encuentran los creadores.
Cada año, también, de esa maravillosa reunión surge una antología, que reúne los trabajos de los participantes al evento, que es difundida en diferentes medios de comunicación.
En todas las oportunidades, los encuentros llevan una consigna que los identifica del resto. En el caso que nos ocupa (año 2009) la misma fue: Leyendo leyendas y se ocupó de socializar distintas historias de tinte local, que la tradición oral hizo recorrer por varias generaciones, llegando hasta nuestros días y formando parte de nuestro más rico acervo cultural.
Los encuentros son organizados por Theo Barrios y el próximo tendrá lugar del 4 al 6 de noviembre del corriente, bajo el lema Página en blanco. Será una buena oportunidad para escribirla.

Otro amanecer


Otro amanecer
Nuri Escorza
De los cuatro vientos, 2005
Poesía, 88 pp.

por Rubén Sacchi

El libro de Nuri Escorza es un álbum de instantáneas que retratan imágenes precisas, recortes de un paisaje más vasto pero igual de representativo y, en estos pantallazos, la escena siempre incluye la presencia del hombre.
Los poemas son, en ocasiones, brevísimos. No derraman palabras en largas disquisiciones, sin embargo, poseen un gran poder descriptivo. La síntesis es uno de sus mayores atributos.
Entre esa síntesis, sus versos se muestran contradictorios y pasean a la poeta entre la esperanza y la desesperanza. Escribe en Barrilete: “Sola, empecinada como el viento,/ encumbro barriletes,/ tenso los hilos de mis sueños/ para alcanzar altura”, para agregar en Sin esperanza: “La bruma de la mañana/ invade los espacios colmados de nada./ .../ y la ceguera del corazón/ palpita sin esperanza”. Esa posición filosófica la lleva a hablar de “nefastas utopías” y más tarde a abrazarlas “negando la cercanía del horizonte”, motor de los ideales.
Quizás esa visión del destino provenga de la fe evidenciada en Clamor: “Estalla el lamento que requiere justicia/ y se siente -estruendoso- el clamor del hombre.// La rebelión abre sus brazos.// En cruz”.

Pies de lana


Pies de lana
Norma Francomano
Ediciones Uñum Hue, 2010
Novela, 112 pp.

por Rubén Sacchi

Pies de lana no refiere, como la picardía popular puede suponer, a un caso de adulterio, sino a otro tipo de tragedia menos personal, abarcativa de toda la especie humana.
En la novela, el hombre tiró demasiado de la soga y provocó un cataclismo tal, que dividió virtualmente el planeta en dos mitades que coexisten de manera independiente. O no tanto.
Es que Rómulo -nombre perfecto para una fundación- munido de zancos, transpone el límite de esos mundos buscando, no otra vida, sino la vida misma, y la encuentra.
Lindando con la tradición de la novela utópica, desarrolla el paradigma de “volver a empezar”; de la búsqueda de una tierra prometida donde vivir sea el objetivo diario y el amor y la solidaridad la moneda de cambio.
A través de sus páginas hay una tremenda interpelación a la sociedad posmoderna y el papel de la ciencia, poniendo a la clonación y la energía atómica en medio de la escena.
Escribe Walter Ianneli: “esta novela nos invita a hacer un recorrido en el que las facturas de luz y de gas, el noticiero y las cuentas bancarias ya no tienen demasiado sentido”.

Alquilé tu vientre


Alquilé tu vientre
de Eduardo Grilli
Paseo La Plaza, Espacio Colette
Corrientes 1660, CABA
Sábados 21 hs.

Por Diego Forte

Pablo Rodríguez Albi dirige esta puesta de la comedia de Eduardo Grilli en el Paseo La Plaza. La obra presenta una situación disparatada, sólo posible a comienzos del siglo XXI: una hija divorciada y con hijos (Susana Giannone) ve su vientre súbitamente alquilado por un extranjero rico (Gonzalo Bendelé), merced a un trato con su madre (Jorge Sosa). La dinámica de la obra recuerda por momentos la estructura de sitcom norteamericana. Las escenas entre madre e hija construyen un frágil equilibrio que el inquilino tiende a demoler aún cuando no aparezca en escena.
Susana Giannone se muestra muy desenvuelta en un papel que parece escrito para ella. Si bien el personaje de Jorge Sosa abunda en elementos conocidos, él se las ingenia para volverlos muy graciosos, aún cuando habían dejado de serlo hace mucho tiempo. Igualmente no puede dejar de notarse el hecho de que el travestismo casual es un valor agregado a la actuación.
Gonzalo Bendelé se suma a la transgresión de barreras por medio de la ropa, creando un personaje que acelera la acción de la comedia.
Con una trama divertida y actuaciones a la altura, la obra ofrece una muy buena forma de comenzar temprano una noche de sábado.


Elenco:

Susana Giannone
Jorge Sosa
Gonzalo Bendelé

Equipo:

Fotografía: Daniel Bericua
Maquillaje: Silvia Del Curto
Sonido: Ernesto Giannone
Diseño Gráfico: Pablo Rodríguez Albi.
Asistencia General: Vanesa González Gallo
Asistencia de Dirección: Gonzalo Bendelé
Dramaturgia: Eduardo Grilli
Dirección: Pablo Roríguez Albi