La Madonnita

 

LA MADONNITA

de Mauricio Kartun

Itaca Complejo Teatral

Humahuaca 4027, CABA

Domingos de marzo, 19:30 hs

por Rubén Sacchi

 

En un joven Siglo XX, por el Bajo de Buenos Aires, circula una estampita que ya es un ícono casi religioso entre la barriada de inmigrantes y ganapanes, que duermen cuatro horas en cama caliente o por un peso. Una imagen de Nuestra Señora de los Gringos Solos, una virgen de la lujuria: La Madonnita.

 

Un oscuro estudio fotográfico reúne al fotógrafo Hertz y a Basilio, un viajante de comercio cuyos floreos verbales no logran esconder su baja formación. Allí se sustancia un negocio en el que ambos son piezas fundamentales: la producción y venta de imágenes pornográficas de Filomena, esposa del fotógrafo. Pero, como cuando el comercio implica relaciones humanas no suele obedecer a patrones mercantiles, todo se complica.

La pieza, estrenada en 2003 en el Complejo Teatral San Martín, fue la primera que dirigió Kartun, pese a que su trabajo como dramaturgo data desde finales de los 60. Es una comedia dramática que la notable pluma del autor desarrolla magistralmente. Un diálogo casi permanente que evidencia lo que los personajes ocultan en su fuero íntimo y qué motiva a cada uno, más allá del hecho económico. Aparece la propiedad privada de la hembra, como territorio en disputa del macho. La mujer en su doble papel de prostituta y ama de casa, sin siquiera derecho a la palabra. El objeto de deseo, como pulsión entre la vida y la muerte.


Esta tercera temporada de La Madonnita se estrena a pocos días del 8M y en medio de un panorama político complejo, en que el Gobierno Nacional arremete contra conquistas consagradas popularmente, entre ellas las cuestiones de género y los derechos adquiridos. La obra interpela a la sociedad poniendo en debate el rol y la independencia de la mujer en el pleno social, en general, y en el seno familiar, en particular.

En un escenario perfectamente ambientado, con buenas luces y sonido acompañando, los protagonistas resuelven con destreza esta nueva versión, bajo la mirada aguda de Malena Miramontes Boim. Una puesta indispensable para los tiempos que corren. Un eco más que se suma al grito NI UNA MENOS.

 

Dramaturgia: Mauricio Kartun

 

Actúan: Natalia Pascale (La Madonnita)

Fito Pérez  (Hertz)

Darío Serantes (Basilio)

 

Diseño de vestuario: Cecilia Gómez García

Diseño de escenografía: Micaela Sleigh

Realización audiovisual: @fiero.fuego

Música original: Matías De Stéfano Barbero

Diseño de iluminación: Javier Vázquez

Fotografía: Evann Violeta

Diseño gráfico: Niko Fran

Asistencia de escenografía: Guadalupe Borrajo

Asistencia de dirección: Vanina Cavallito

Prensa: Cecilia Gamboa

Producción en gira: Alejandra García

Dirección: Malena Miramontes Boim

 

MALENA MIRAMONTES BOIM

Es directora, productora de teatro y diseñadora de iluminación. Licenciada en Dirección Escénica y graduada de la Licenciatura en Diseño de Iluminación Escénica de la Universidad Nacional de las Artes. Formada por docentes como Ana Alvarado, Rubén Szuchmacher, Luis Cano, Gonzalo Córdova, entre otros.
A lo largo de su carrera artística se formó en distintas disciplinas como actuación, danza, música, escultura, entre otras.

Dirigió su ópera prima Una tempestad y como asistente de dirección en Ricardo III, Stéfano, Pretéritos, Impulso, entre otros. Como diseñadora de iluminación se destacó en Pájaro de Barro (Teatro Regio) y en distintas obras presentadas en el FIBA, Fiesta Nacional del Teatro, LATE, entre otras.

 

Seremos Millones: Bolivia, Evo y la fuerza del pueblo

de Paulo Soria
Dirección: Diego Briata y Santiago Vivacqua
Cine Gaumont. Av. Rivadavia 1635, CABA. hasta el 5 de julio

por Rubén Sacchi

Con la presencia, entre otros, de Nora Cortiñas, Eduardo Jozami, Tristán Bauer y Luisa Kuliok, se estrenó Seremos millones, en la sala del Gaumont.

Impactante, didáctica y sobre todo oportuna, el film cumple con ese oxímoron que atraviesa a la humanidad cual mito del eterno retorno: la actualidad de la historia. Y esto ocurre porque, más allá de mitos y leyendas, la realidad de los pueblos y su lucha por la liberación se encuentran atravesadas por la confrontación de clases, por eso, a través de los siglos asistimos a esa especie de deja vu, que no es tal, sino la reincidencia de dos sectores en pugna que apuntan a la victoria, lo que llevará inexorablemente al triunfo de la clase trabajadora ya que, si esta es exterminada, implicaría el suicidio de las capas más favorecidas por la explotación capitalista.

En ese sentido, el libro de Paulo Soria retoma la leyenda de Inkarri, como símbolo y esperanza de la reconstrucción del poder popular y ensaya una simetría con el proceso que llevó a Evo Morales Ayma al gobierno de Bolivia, su sangrienta destitución por los poderes fácticos, encarnados en la dictadora neoliberal Jeanine Añez, y la recuperación de la democracia y el mando del pueblo a manos de Luis Arce Catacora.

Dirigida por Diego Briata y Santiago Vivacqua, este largometraje documental nos muestra la lucha aguerrida de un pueblo por el derecho a una vida digna, así como la firmeza y decisión de las poblaciones preexistentes en esa contienda. Esto no puede menos que llevarnos a la valiente y sostenida disputa contra la reforma ilegal de la constitución del pueblo jujeño, sus comunidades originarias y sus trabajadores, cuya historia no sólo tiene una vieja raíz común, sino que enfrentan igual enemigo, representante de un signo político que mucho tuvo que ver en el golpe contra Evo en 2019.

En síntesis, un capítulo más que se inscribe con sangre en la pelea de los pueblos por su felicidad. Habrá que tener en cuenta la sentencia de aquel viejo militante revolucionario, que fue John William Cooke: “la resistencia no es suficiente, sin contraataque no hay victoria”.

FICHA TECNICA
Género: Documental
Formato: Largometraje
Duración: 90 min
Directores: Diego Briata y Santiago Vivacqua
Guionista: Paulo Soria
Coordinadora: Fernanda Ruiz
Productora: María Eugenia Ferrer
Casa Productora: Grupo Octubre - Argentina
Música Original: Gustavo Santaolalla, León Gieco y Miss Bolivia
Letra música original: Evo Morales

Sobre Diego Briatta (Director):
Nació en España y desde los 13 años vivo en Argentina. Hijo de exiliados políticos, su formación cinematográfica está signada por ese hecho. Siempre supo que su carrera como cineasta iba a estar íntimamente ligada a la política ya que entiende al cine como una herramienta de transformación social y cultural. Estudió cine y enseñanza audiovisual en la universidad pública. En el mundo audiovisual se desarrolló como realizador y montajista de videoclips, documentales y películas de ficción. Ejerció la docencia en diferentes establecimientos públicos y privados, y también en programas de alfabetización audiovisual en el Ministerio de Educación de La Nación. Su primer cortometraje cuenta la historia del exilio de sus padres. Participó como montajista en varios documentales políticos como El camino de Santiago y Tierra arrasada, de Tristán Bauer. Hizo numerosos cortometrajes y un puñado de largometrajes y programas de TV bajo el rol de montajista. Dirigió el largometraje Una constelación sonora sobre un programa de coros y orquestas infantiles del Ministerio de Educación de La Nación. Durante muchos años formó parte de la cooperativa de trabajo “Laboratorio audiovisual comunitario” donde realizó cine comunitario itinerante y comunicación popular en diferentes barrios y ciudades de La Argentina. Actualmente dirige la comunicación audiovisual en el Ministerio de Cultura de La Nación.

Sobre Santiago Vivacqua (Director):
Nació en Argentina, en el oeste del conurbano Bonaerense. Fotógrafo de formación, en 2006 inició la carrera de Técnico Realizador Fotográfico en IMDAFTA, en Avellaneda. Luego se especializó en fotoperiodismo y fotografía documental en la asociación de reporteros gráficos, ARGRA.
Trabajó en diversos equipos de comunicación política, destacándose la campaña presidencial 2020 en Bolivia para el MAS-IPSP junto al binomio Arce - Choquehaunca, en el rol de coordinador de producción audiovisual.
Participó en diversos proyectos audiovisuales que resultaron ser fundamentales para su formación política / profesional, entre ellos El camino de Santiago (2017), de Tristán Bauer, sobre la desaparición y muerte de Santiago Maldonado; Glances (2012) sobre procesos educativos en la comunidad de Acteal, en Chiapas, México, para Al Jazzera; De pie (2019) sobre procesos de construcción de poder popular en Venezuela, para la productora Argentina Multicolor; SIC (2022) periodismo de investigación, TV Pública Argentina.
 

El Performer, un diamante latente II


El Performer, un diamante latente II

Marisa Busker
Nueva Generación, 2022
Ensayo, 146 pp.

por Rubén Sacchi

En tiempos de fragmentación, hablar de interrelación es, como mínimo, un hecho de resistencia. Si bien Busker se refiere al conjunto de disciplinas -no excluyente- que conforman la música, la danza y el teatro, si aceptamos que las manifestaciones artísticas son de esencia popular, esto puede asimilarse al orden social, lo que pondría uno de sus preceptos, el ser/hacer, como un acto primario de coherencia.

El Performer, un diamante latente, es el relato de una experiencia personal, pero que a la vez puede operar de manual o guía para quien pretenda experimentar en esos terrenos y adentrarse en ellos, donde todo el cúmulo de aprendizaje y vivencias actúa como insumo en ese canal de expresión.

Dos matrices, una más bien física definida como pulsión voz-espina, productora de la acción y otra interior, explorativa de la memoria individual y colectiva, de característica introspectiva se entrecruzan y generan energía (tempo-ritmo). Plantea al sistema nervioso, no “en el sentido de su descripción formal, pero como una serpiente inervada en sí misma que, una vez activa, se alimenta de su propia memoria”.

La autora relata el proceso de creación de su primera obra-performance, El templo del valle de la montaña, y toma como referencia un hecho que la conmovió, el tsunami asiático ocurrido en diciembre de 2004, en el que los diferentes tipos de comportamiento de quienes lo padecieron marcaron la diferencia entre la vida y la muerte, evidenciando cómo la memoria ancestral o el aprendizaje son indispensables al momento de abordar las contingencias.

El trabajo del performer es representado como un ritual ancestral en el cuerpo, como el conocimiento, re-conocimiento de nuestro cuerpo, sus componentes y recursos, para lo que es necesaria su de-construcción. En ese sentido, referencia a Jacques Derrida en El gusto del secreto: “... ¿por qué de-construir? Para volver a construir. La deconstrucción es la anacronía en la sincronía, es un modo de entrar en concordancia con algo que está out of point, desacordado...”.

En la introducción plasma un diagnóstico del presente más que lapidario, que admite no exento de optimismo, digno de reproducir: “El elevado uso de la razón, el enciclopedismo en el pensamiento, el colonialismo, la homogeneización, la supresión de lenguas, el capitalismo, el industrialismo, las ciudades, la aculturación, las guerras, las migraciones obligadas, el mercado, el neoliberalismo, el marketing, la especulación financiera, los gobiernos que tantas veces no son lo que esperamos, la desaparición de espacios naturales, la contaminación, etcétera, todo ello hace correr el riesgo de hacernos perder en la niebla como verdaderas individualidades creadoras”. Para enfrentar semejante estado de cosas, quizás haya que bucear en el texto del último cuadro de su obra Originaria: “¿Quién soy? / Soy mi voz, / las voces de todos, / las voces de tantos, / las voces que fui encontrando, / las que fui inventando, las voces que imagino”. Tal universalización de su mirada permite avizorar un horizonte más amigable.

Fiesta en el jardín

Fiesta en el jardín

de Mora Monteleone

C.C. San Martín, Sarmiento 1551, Sala 3, CABA

Sábados 21 hs. Domingos 20hs.

 

Por Rubén Sacchi

 

                Alrededor del año 1600, William Shakespeare dice, a través de Hamlet, que “Nada tiene más bella apariencia que la falsedad”. Más de trescientos años después, Katherine Mansfield publica Fiesta en el jardín, siguiendo esa línea en la que el principio de “el show debe continuar”, determina el desarrollo de un evento social, pese a la irrupción de la muerte.


               La pieza de Monteleone hurga, en esa y otras historias de la escritora neozelandesa, cierto paralelo con aquella juventud nacida en pleno auge del neoliberalismo, donde los valores y las certezas imperantes hasta entones trastabillaron y dieron lugar a una estética del vacío y la incertidumbre. Entonces, nuestro innombrable presidente riojano, en un buen intento de licuar la historia, intentó asemejar a “niños pobres con hambre y niños ricos con tristeza”.

                En ese contexto transcurre la obra en la que Isabel, hija de un acaudalado ingeniero agrónomo, propietario de campos, decide recibir el año nuevo dando una gran fiesta, a la que invita a referentes artísticos de su generación. Todo transcurre en medio de baile y un derroche de alcohol y de egos, hasta que la noticia de un vecino muerto, posiblemente envenenado por su esposa, produce un quiebre: aquella estética pasa a descubrir una ética morbosa e insensible. A partir de allí, se desarrollan diferentes planteos acerca de las relaciones de pareja y un sentimiento de incomodidad invadirá a la anfitriona en un clima de tensión creciente.

                Durante la función se leen textos y cada vez es invitado especialmente un poeta diferente, generosidad destacable de Mora Monteleone y María Sevlever (autora y directora), dupla que se origina en la carrera de letras de la U.B.A. y que, a modo de cajas chinas, instalan una expresión artística dentro de otra. Práctica que vienen realizando con frecuencia, ya que anteriormente desarrollaron proyectos teatrales que experimentan el cruce entre la literatura y las artes escénicas. Una habitación así (2017 en Club Cultural Matienzo, Espacio Sísmico; versión de A puerta cerrada de Sartre donde los actores interactuaban con dos poetas contemporáneos en escena), Último piso (2018, Centro Cultural Recoleta, en el marco del Radar Literatura; dramaturgia en base a textos de ocho poetas contemporáneos, quienes a su vez representaban personajes en escena), Que nadie herede (2018, confeccionado en base a textos de Mora Monteleone y María Sevlever y actuado por ellas mismas), Manual para mujeres de la limpieza (2019, sobre cuentos de Lucía Berlín).

                La escenografía destaca un maravilloso árbol que la preside y se resuelve con economía de objetos que se reciclan de manera sencilla. A la vez, se ve reforzada permanentemente por proyecciones audiovisuales que recrean diferentes momentos de la fiesta en los que se evidencia, por algunos instantes, una sensación de soledad interior, pese a la algarabía reinante. Quizás podamos acercar a esos jóvenes a otras palabras del príncipe danés: dentro tengo lo que es más que apariencia, lo restante no es otra cosa que atavíos y adornos del dolor”.

 


FICHA TÉCNICA

Dramaturgia: Mora Monteleone

Dirección de actores: Mora Monteleone

Dirección general: Mora Monteleone y María Sevlever

Elenco: Lucía Tomas (Isabel), Nahuel Monasterio (Nicolás), Orlando Alfonzo (Gabriel)

Juan Manuel Artaza (Tomás), Violeta Postolski (Clara), Manuela Roca (Violeta)

Martina Krasinsky (Ana) y Mora Monteleone (Candela)

Producción ejecutiva: Lulú Trotta

Diseño sonoro y música original: Jazmín Esquivel

Realización audiovisual para proyecciones: Lucía Osorio

Diseño escénico: Micaela Sleigh

Instalación de arte visual: Guillermo Anselmo Vezzosi

Diseño de iluminación: Leandro Crocco

Diseño y realización de vestuario: Emilia Bacigaluppi

Asistencia de producción: Antonella Portunato

Fotografía: Sol Schiller

Prensa: Cecilia Gamboa