Fiesta en el jardín
de Mora Monteleone
C.C. San Martín, Sarmiento 1551, Sala 3, CABA
Sábados 21 hs. Domingos 20hs.
Por Rubén Sacchi
Alrededor del año 1600, William Shakespeare dice, a través de Hamlet, que “Nada tiene más bella apariencia que la falsedad”. Más de trescientos años después, Katherine Mansfield publica Fiesta en el jardín, siguiendo esa línea en la que el principio de “el show debe continuar”, determina el desarrollo de un evento social, pese a la irrupción de la muerte.
La pieza de Monteleone hurga, en esa y otras historias de la escritora neozelandesa, cierto paralelo con aquella juventud nacida en pleno auge del neoliberalismo, donde los valores y las certezas imperantes hasta entones trastabillaron y dieron lugar a una estética del vacío y la incertidumbre. Entonces, nuestro innombrable presidente riojano, en un buen intento de licuar la historia, intentó asemejar a “niños pobres con hambre y niños ricos con tristeza”.
En ese contexto transcurre la obra en la que Isabel, hija de un acaudalado ingeniero agrónomo, propietario de campos, decide recibir el año nuevo dando una gran fiesta, a la que invita a referentes artísticos de su generación. Todo transcurre en medio de baile y un derroche de alcohol y de egos, hasta que la noticia de un vecino muerto, posiblemente envenenado por su esposa, produce un quiebre: aquella estética pasa a descubrir una ética morbosa e insensible. A partir de allí, se desarrollan diferentes planteos acerca de las relaciones de pareja y un sentimiento de incomodidad invadirá a la anfitriona en un clima de tensión creciente.
Durante la función se leen textos y cada vez es invitado especialmente un poeta diferente, generosidad destacable de Mora Monteleone y María Sevlever (autora y directora), dupla que se origina en la carrera de letras de la U.B.A. y que, a modo de cajas chinas, instalan una expresión artística dentro de otra. Práctica que vienen realizando con frecuencia, ya que anteriormente desarrollaron proyectos teatrales que experimentan el cruce entre la literatura y las artes escénicas. Una habitación así (2017 en Club Cultural Matienzo, Espacio Sísmico; versión de A puerta cerrada de Sartre donde los actores interactuaban con dos poetas contemporáneos en escena), Último piso (2018, Centro Cultural Recoleta, en el marco del Radar Literatura; dramaturgia en base a textos de ocho poetas contemporáneos, quienes a su vez representaban personajes en escena), Que nadie herede (2018, confeccionado en base a textos de Mora Monteleone y María Sevlever y actuado por ellas mismas), Manual para mujeres de la limpieza (2019, sobre cuentos de Lucía Berlín).
La escenografía destaca un maravilloso árbol que la preside y se resuelve con economía de objetos que se reciclan de manera sencilla. A la vez, se ve reforzada permanentemente por proyecciones audiovisuales que recrean diferentes momentos de la fiesta en los que se evidencia, por algunos instantes, una sensación de soledad interior, pese a la algarabía reinante. Quizás podamos acercar a esos jóvenes a otras palabras del príncipe danés: “dentro tengo lo que es más que apariencia, lo restante no es otra cosa que atavíos y adornos del dolor”.
FICHA TÉCNICA
Dramaturgia: Mora Monteleone
Dirección de actores: Mora Monteleone
Dirección general: Mora Monteleone y María Sevlever
Elenco: Lucía Tomas (Isabel), Nahuel Monasterio (Nicolás), Orlando Alfonzo (Gabriel)
Juan Manuel Artaza (Tomás), Violeta Postolski (Clara), Manuela Roca (Violeta)
Martina Krasinsky (Ana) y Mora Monteleone (Candela)
Producción ejecutiva: Lulú Trotta
Diseño sonoro y música original: Jazmín Esquivel
Realización audiovisual para proyecciones: Lucía Osorio
Diseño escénico: Micaela Sleigh
Instalación de arte visual: Guillermo Anselmo Vezzosi
Diseño de iluminación: Leandro Crocco
Diseño y realización de vestuario: Emilia Bacigaluppi
Asistencia de producción: Antonella Portunato
Fotografía: Sol Schiller
Prensa: Cecilia Gamboa
No hay comentarios:
Publicar un comentario