Medanales: crónicas y desmemorias


Medanales: crónicas y desmemorias
y otros enigmas
de Gabriel Impaglione
Eco Ediciones, 2008
Cuento, 208 pp.

Por Rubén Sacchi
El animal se hace humano en la cultura. Un hombre es producto de su historia y ésta, a la vez, es consecuencia de aquél. Las historias, entonces, construyen a los hombres y a los pueblos, que cobran vida a través de los relatos de sus habitantes y visitantes.
Medanales es un lugar en la costa atlántica ¿real o imaginario? poco importa. Lo cierto es que en él habita un grupo de personas capaz de las más grandes maravillas, allí ocurren hechos desopilantes y se corporizan los sueños más sublimes.
El tiempo y el espacio son apenas variables circunstanciales que pueden seguir cualquier derrotero. En ese mundo de fantasías puede encontrarse quien mueva un médano gigante a paladas, un encantador de vizcachas o un eximio nadador que una el Mar Mediterráneo con el Río de la Plata. Allí puede llover durante días enteros, tras la rotura de una ola gigante o crecer florecillas azules sobre las huellas que dejan las pisadas de una muchacha.
Los relatos de Medanales son construcciones que unen la memoria de lo que fue con la "memoria" de lo que quisimos que fuera, y en esa proyección hacia atrás en la que gobiernan nuestros recuerdos más caros, el corazón puede salirse del pecho y galopar a discreción por esas playas.

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