Manhattan song


Manhattan song
Cinco poemas occidentales

Luis Benítez
El Fin de la Noche, 2010
Poesía, 62 pp.
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por Rubén Sacchi

Manhattan, ciudad enigmática de enormes torres que arañan el cielo del Dios Dinero y pozos nocturnos, dominios de su opuesto en el infierno del jazz. Escenario del delicioso cine de Woody Allen y del demencial apocalipsis del World Trade Center.
Benítez escribió estos versos hace casi dos decenios, según sus palabras: “en una isla famosa, que la codicia europea le compró por 24 dólares a la codicia americana, esta última convencida de que los compradores eran unos idiotas, porque ¿quién puede creer que la tierra es algo que se compra o se vende?”. De este intríngulis y aquel absurdo surgen estas historias un poco despiadadas, de pura vida, con un dejo de literatura beatnik y otro de policial negro.
En ese entorno, se desarrolla una lírica fantástica: “Desde una mota de polvo que tal vez sea el sol” y aleccionadora: “No hay que quejarse despierto/ de las miradas que toleramos en sueños”. Contiene cinco poemas duros, que nos recuerdan que “La vida es algo que siempre/ hay que cuidar de las polillas”, y ha de ser nomás, porque bien lo saben los veteranos de Vietnam en el quinto piso del Garbo’s Building: aquí “Nadie recuerda nada eso es lo bueno de este país”.

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