
Arthur Schopenhauer
Prometeo Libros, 2013
Ensayo, 104 pp.
por Rubén Sacchi
“Si Dios fue quien hizo este mundo, no me gustaría ser este Dios: la miseria del mundo me desgarraría el corazón”. Sentencias como esta describen la filosofía de Shopenhauer, filósofo polaco que debe su nombre al oportunismo mercantil de su padre y que, sólo después de su suicidio y de que su madre lo desheredara, concibe su obra.
Su pensamiento, de pesimismo profundo, estaba imbuido de misoginia y consideraba a la mujer como “un animal de cabellos largos e ideas cortas” que “padece de miopía intelectual”. No obstante ello, creó una base filosófica en la que abrevaron, entre otros, personalidades de la talla de Friedrich Nietzsche, Sigmund Freud y Émile Cioran.
Sostiene que el comportamiento humano está regido por los sentimientos de egoísmo, malevolencia o piedad y afirma la inutilidad de la existencia: “...se puede considerar nuestra vida como un episodio que turba inútilmente la beatitud y el reposo de la nada”.
Esa caracterización negativa de la vida, orienta la totalidad de su obra, una visión que lleva a reflexionar profundamente el sentido del hombre hasta su muerte, esa “destrucción violenta del error fundamental de nuestro ser”.