Hilo
Gabriel Caldirola
Paradiso Ediciones, 2014
Poesía, 72 pp.
por Rubén Sacchi
Al campo ha llegado el otoño, que preanuncia el invierno. La vida parece detenerse, pero es otro su latir. Como queriendo ocultarse de la dureza climática, el universo se mueve hacia adentro.
Ese mundo de sutilezas es percibido por Gabriel Caldirola y descrito con pericia, como si hablara del movimiento, quietamente.
La tierra, cada tallo, hoja o ser vivo, se manifiesta ante la estación: “Las hojas/ crujen/ en la rama,/ ya/ no es/ el sol/ su caja.” ó “Atento/ al pulso/ de la araña/ y quieto/ el árbol/ desaparece”, pero también cada elemento, natural o producto de la mano del hombre, modifica su existencia y su relación con la naturaleza: “Poste/ del último/ cable/ que tuvo/ zorzal./ Junco/ vertebrado/ por el viento”.
Hilo enhebra objetos y movimientos que parecen imposibles. Palabras que se insinúan azarosas o inconexas crean
imágenes acabadas de alto tono telúrico y es, ante todo, un fresco de la
Madre Tierra.
El libro, es un interesante trabajo de este joven y novel poeta, que mereció recibir una mención del Fondo Nacional de la Artes.
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