Blues del desarmadero
Francisco A. Chiroleu
Lexia Libros, 2009
Poesía, 88 pp.
Por Rubén Sacchi
Un desarmadero de barcos. Triste cuadro donde los otrora imponentes señores del agua esperan resignados el desguace. Como si ese fuera el paisaje dominante, como si lo abarcara todo, ocurren otros desmantelamientos: del amor, de la vida... del país.
Blues del desarmadero habla de pequeñas y sucesivas muertes, donde “Toda la tierra es una tumba”, quizá la mejor imagen para poder conjurar la ausencia de nuestros queridos 30 mil desaparecidos.
En ese lento desprenderse pieza a pieza, en ese devenir del tiempo por “antiguos decretos nunca escritos”, uno siente “Morirse de nostalgia/ poco a poco/bajo el cielo oxidado del suburbio”.
Es un libro de metáforas duras, lacerantes, quizás una sola gran metáfora que deviene una “Hoja de afeitar oxidada/ rasgando los testículos/ de un sueño”, un sueño que estuvo al alcance de la mano, una utopía abortada pero realizable.
Al respecto escribe Rubén Vedovaldi en el prólogo: “haber tenido que seguir sobreviviendo y sobremuriendo”, en consonancia con los versos del autor, quien reflexiona que “Ser joven no garantizaba nada,/ solamente/ que la vida/ pasaría sobre nosotros”.
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