Desde el aire
Mariela Ghenadenik
Díaz Grey Editores, 2012
Novela, 150 pp.
por Rubén Sacchi
Hay diferentes tipos de violencia, puede ser física o verbal; también psicológica. Se puede desarrollar en el ámbito social, laboral o sexual. En Desde el aire, el lector asiste a todas esas variantes, con la carga de perversión y sumisión que suelen conllevar tales situaciones. La protagonista argumenta: “Una vez, un vendedor de rezagos militares le dijo que los seres humanos se acostumbran a todo”.
La novela es la historia de Laura, una joven mujer con la autoestima apenas visible, que soporta un trabajo absurdo bajo la tiránica dirección de Malena, una encargada perversa. Completa el cuadro una relación amorosa en la que “sólo podía haber persianas bajas por donde se colara la luz sobre un secreto”. Una infidelidad que justifica casi filosóficamente: “Mantener dos identidades no es una estafa, es tal vez la sincera expresión de quien necesita vivir dos vidas que suceden a la par, para ser algo más que un testigo sedentario del paso del tiempo”.
Para Laura, todo transcurre como en una película ya filmada, mientras se dice que “si la vida no tuviera música de fondo todo sería menos interesante”. Pero siempre ocurre algo que puede torcer el curso de nuestra historia, algo que confirma que “hay personas que vuelven a visitar ciudades, que miran otra vez una película o reviven un amanecer sólo para ver la emoción en los ojos del otro”.
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