Tabaco

Tabaco
Jeanette Lococo
Hojas del sur, 2018
Novela, 224 pp.

por Rubén Sacchi

Al comienzo de la novela el personaje, un piloto aeronáutico expulsado de la línea donde navegaba, se pregunta “si uno vive toda una vida nada más que para justificar unos pocos momentos en los que pasa todo lo que la define”. Eso a lo que alude es el amor, pero no el amor en su expresión vulgar, sino ese otro, prohibido, contradictorio, inabarcable, al que muy pocos se animan.
El fondo en el que los protagonistas se mueven es el del contrabando. Un mundo con sus propios códigos y sus vicisitudes que obedece a múltiples variables que pasan por los vaivenes económicos, políticos y morales, temáticas que Lococo trabaja con soltura, aportando una profusa información de lugares y situaciones tan diversos que sugieren un tremendo trabajo de campo y gran conocimiento de la materia, hecho que confiere solidez a la obra. La ruta del tabaco es una parábola con su auge y decadencia, análoga a la relación que obsesiona al protagonista.
Estructurada como un raconto, el piloto va plasmando recuerdos con cierta morosidad de la memoria, en la que no confía: “Ahora, al recordarlo, tal vez le estoy prestando palabras que acaso no fueron las que ella dijo”. Hay algo de psicoterapia en el relato, con un personaje que ocupa, a la vez, el lugar del profesional y del paciente.
Mientras reflexiona que “el dolor emocional puede tener el tremendo filo del dolor físico”, pone en palabras la clave de esta tan atrapante como íntima historia: “En la vida hay algunas encrucijadas que definen el rumbo que va a tomar nuestro destino”, eso lo empuja a considerar la enorme distancia entre las posibilidades de tener que, deber y querer hacer. En eso, se juega la felicidad.

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