Arte para chicos
Vali Guidalevich
Editorial Albatros, 2009
Plástica, 48 pp.
por Rubén Sacchi
¿Por qué titulo Una colección inteligente? porque entre tanto papel que se imprime reiterando hasta el cansancio idénticas formas en libros para niños, esta colección viene a cubrir una falencia de manera sabia y necesaria.
En un lenguaje propio del público a quien se dirige, pero de un nivel edificante, la autora y creadora de la colección, la educadora Vali Guidalevich, recorre la vida y la obra de artistas plásticos argentinos quienes, en primera persona, van repasando su vida, ubicándose en el contexto histórico en que les tocó vivir y haciendo referencia a otros aspectos que fueron torneando sus personalidades.
Al momento, dos títulos hacen punta en el proyecto y corresponden nada menos que a Xul Solar y Antonio Berni, grandes referentes de nuestra pintura.
La autora, próxima a doctorarse en Arte y Educación por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, España, es especialista en gestión educativa por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (CLACSO). Egresada de la carrera de Diseño Textil de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU-UBA), donde además realizó el posgrado de la carrera docente.
La experiencia que desemboca en esta colección, la experimentó entre 1996 y 2002, en el Centro Cultural Recoleta y, además, diseñó, implementó y coordinó el programa educativo para chicos y adolescentes del MALBA entre 2001 y 2003. Además coordina “Arte para chicos” en la Fundación Esteban Lisa y desarrolla el programa “Pintando con los chicos” para empresas, organismos e instituciones, del que participaron más de 150 destacados artistas contemporáneos.
Los libros, ilustrados a todo color, están impresos con muy buena calidad y reproducen una interesante cantidad de obras de los plásticos involucrados más algunas frases textuales, que tienen el poder de acercar a los niños a sus sueños y puntos de vista a través de su propia palabra.
Se piensa en escribir
ResponderEliminaro solamente se escribe, sin pensar.
¿porque se sabe?
¿porque alguien espera algo
de lo que vamos a decir?
¿hay lugar en las antologías?
Las iluminaciones
¿existen todavía?
¿o el poeta escupe de
impaciencia?
¿Porque me amas?
¿Porque los pobres del mundo
tienen la cuenta cerrada del
espíritu?
¿Por qué
un rayo
de luz
débil
puede describir una habitación
oscura?
Poema de Cristian Aliaga (Darragueyra, Buenos Aires, 1962).
GRACIAS!!!!
FELIZ DÍA DEL ESCRITOR
es el deseo de los que hacemos
VELA AL VIENTO
Ediciones Patagónicas
Rubén Gómez
La Sociedad de escritores de San Martín les desea un feliz día del escritor con este poema que Luis Benítez compartió con nosotros en febrero, en el CAFÉ LITERARIO SESAM, por su original tratamiento del heroísmo y las limitaciones.
ResponderEliminarLA ZAMBA
Rueda en el salón la zamba. Se desliza como un fuego en los reflejos
de la gran fuente de ponche, resuena en los espadines de parada
de esos mis oficiales mientras te pido esta zamba,
Remedios, la de los ojos de sombra, en una noche de guitarras,
de carlón y de gloria después de ese amanecer en San Lorenzo
cuando entreví, en una bayoneta española, el otro lado, el posible,
de este homenaje que me brinda tu voluble, tu cambiante Buenos Aires,
Remedios de Escalada, la de los ojos de sombra.
Soy el héroe de la boca muda, el que siempre parte a caballo,
el que organiza y difiere el amor, el que no escribe.
Soy el que no vuelve la cabeza, el que se embarca.
Piensa en todo esto antes de aceptar esta zamba.
Desde Mendoza vendré una noche, una sola noche, y de esa noche
saldrá una mujer que repetirá tus ojos, tu paciencia, tu nariz y tus ritos
ante mi vejez extranjera, manchada de oprobio, de pobreza y de cólera.
Yo soy el héroe, el héroe siempre necesario,
el que justifica la vida de los burócratas, el que se prueba
en los precipicios, el que toma las decisiones duras.
Los hombres que vendrán conmigo, quién sabe, volverán
a la ternura que sólo brinda la mujer, a su desnudo tacto único bajo las sábanas,
a eso que la guerra sin duda no reemplaza,
al tibio cuerpo oculto y presentido en alguna parte
de la oscura casa amistosa y a los hijos. A todo lo inefable
después del miedo, del degüello y de las cargas,
que una mañana única difiere hasta mañana. Antes de alzarte
de mi mano en la zamba piensa en la tortura seguida de los meses,
examina Remedios la condena de tus ojos de sombra
en los arneses de las mulas peruanas, piensa en los edictos
que firmaré sin pensarte, medita las veces en que no seré,
desde el jardín de tu casa, más que el horizonte,
el vacío como ayer y anteayer repetido, el llamado rutinario
a la cena frente a una silla como siempre sin nadie, piensa
en las veces en que para tu hija no seré más que un nombre.
Remedios de Escalada que pliegas sonriendo el tenso abanico,
que recoges nerviosa tu amplio vestido ante el triste capitán
al que efímera gloria y tu amor le dedica la cambiante Buenos Aires,
el que treinta años después de esta zamba aún verá tus pupilas lejanas, perdidas,
en la caravana de horror cuando te nombre..
Luis Benítez