Carnalval


Carnalval
Hernán Jaeggi
Babel Editorial, 2010
Poesía, 80 pp
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por Rubén Sacchi

Carnalval es un neologismo formado por las palabras carnal y carnaval, pero ¿pueden esas palabras separarse, diferenciarse?
El carnaval es lujuria, desenfreno. Momo, con su burla, se toma de la mano de Baco y, junto a los sátiros, inauguran la fiesta de la alegría del cuerpo, la celebración de la carne y el reinado del sexo. Por eso, la comparsa recorre los cuerpos en la carroza del deseo.
Carnalval es la cópula hecha verso, la poética del erotismo donde “van mis deseos/ como vacas/ a abrevar/ en tu ojo/ de agua oscura”.
Hay una suerte de canibalismo bienechor que habita en las palabras; órganos que se fagocitan de deseo, se entrelazan y absorben sus jugos en un “amor medieval”,
Hernán Jaeggi hace de la poesía un ritual festivo donde Dios es el gran ausente: “Dios solo,/ mirando./ Gran voyeur/ insatisfecho/ por toda/ la eternidad/ se pregunta/ ¿qué hice mal?/ ¿por qué me/ han abandonado?”. Allí, las imágenes se suceden con contundencia orgásmica dejando en claro que “sexo/ es una palabra/ que le pone/ el cuerpo/ a la muerte”.

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