de reinos y desiertos

de reinos y desiertos
Alvaro Olmedo
Ediciones de autor, 2013
Poesía, 160 pp.

por Rubén Sacchi

Como un tuareg, un beduino rodeado de una soledad tan absoluta como inmensa, el autor plantea este peregrinaje por el interior del alma, “un reino más grande que cualquier desierto”.
La idea de un hombre nuevo domina ese desierto fundacional, donde la palabra es “bañada con voz de iguales” y la mujer el oasis que provoca el “milagro de no caer sediento”. Pero el tiempo deja “aquellos sueños/ bajo cemento y rutina”, esa cruel asesina de besos y proyectos como “un retazo de polvo volándose del puño”.
También explora situaciones límites. Los poemas son figuras y cada lector ve la que su mente le dicta, pero la escritura plástica de Alvaro Olmedo dibuja con maestría sugerente, como en el poema silenciosa, donde sobrevuela la violación; el alcohol “donde rezar al calor/ donde gozar de olvido” de no tan; la soledad que acerca a dos personas “como si ahí estuviera la verdadera palabra que encontramos jamás”, de buscábamos o la prostituta de amante infame.
El poeta explora su interior (“me calcino/ en las dunas innúmeras de la búsqueda”) y halla el lugar del compromiso. No sólo encuentra que la rutina “occidental” roba la magia del sexo, sino que encara temas urgentes, universales. Aborda tanto el fracaso del Mayo Francés (“si los barbados anudan su corbata al calendario sin mayo/ y los sobrevivientes se cuentan en pedazos”) como la heroica lucha de las Madres de Plaza de Mayo, “Las locas” que “seguían girando en un reino que de cuerdo nada”.
Hay también una dura mirada hacia la sociedad intolerante, que privilegia la propiedad privada pidiendo pena de muerte, sin reparar en las miserias que nos rodean, mostrando como el asesinato de congéneres es condecorado al cobrar características de genocidio.
Algunos de estos poemas cuentan con su versión bilingüe en inglés, traducidos por el poeta y traductor Eugenio Polisky que, a mi escaso manejo del idioma, parecieran una suerte de inteligente reescritura.
De reinos y desiertos tiene un mensaje encriptado en sus versos: “hay palabras/ que dejan orificio de salida”. Si abrazamos esa sentencia, que posee la contundencia suficiente de la bala podremos “en este plagio de vivir en blanco”, “...sentir que otro cielo es posible”.

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