Nunca llega a amanecer
Jorge Andrade
Ediciones Deldragón, 2017
Cuento, 178 pp.
por Rubén Sacchi
Acostumbrado a las novelas de profundo contenido social de Andrade, este nuevo volumen de cuentos muestra a un autor de temática abarcadora, aunque no por ello de lectura relajada. La mirada que tienen los relatos es más íntima, apuntan al sujeto en su esencia y su particularidad.
El cuento que da nombre al conjunto lo sintetiza. La fantasía es sólo un ardid, una alegoría de la soledad y la vida. También de la muerte. Y en ese terreno transcurren las historias que lo conforman. Las habrá con final trágico, como en Lluvia, o perverso, como en Amor en braile; será fantasioso, en Vuelo AZ-0666, o abierto en El nadador y el perro, pero todas exhiben una pluma sensible, que sabe delinear la esencia humana en su más amplio abanico.
Aunque no aborde conflictos universales, su escritura no es aséptica. Toma posición y compromiso desde desarrollos filosóficos que ponen a la luz el vacío de la existencia. En Ajeno, texto duro como una piedra echada en el abismo del alma, reflexiona: “la nostalgia omnipresente, algo así como la percepción invertida del presente absoluto de Dios, la ausencia absoluta”.
Es que Andrade es un escritor de ideas seguras y las juega en sus trabajos, tal como los estudiantes de su oscuro cuento Viajeros en la caverna “vociferaban declaraciones de principios que los comprometerían para toda la vida”.
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