Diáspora

Diáspora
Mariano Díaz Barbosa
Ediciones Ruinas Circulares, 2017
Poesía, 64 pp.

por Rubén Sacchi

El origen de la palabra diáspora puede remontarse a la dispersión del pueblo judío, sin embargo, aquella gente se sentía de alguna forma unida por la mirada de un Dios protector, que los aglutinaba más allá de las geografías. Díaz Barbosa enfrenta aquel sentimiento de extrañamiento sin ese atenuante, comienza increpando a Jesús: “alguna vez me hiciste creer/ que todo tenía un por qué// eso fue lo más cruel”, y arremete contra el Padre, “un dios que nos fue impuesto/ con violenta piedad” y que tuvo “la idea maldita/ de habernos creado”.
En los poemas se percibe una fatiga de vivir, desesperanza y un tremendo dolor. Por momentos recuerda al personaje de Una sombra ya pronto serás, de Osvaldo Soriano, diciendo: “usted es un hombre cansado de llevarse puesto”; el autor lo dice así: “algo llevaba sobre las espaldas/ y ese algo/ era más pesado que el mundo”.
Ese mundo que habita el poeta es un lugar hostil que lo atormenta desde la infancia, donde “a todas las cosas/ le crecieron dientes y garras” y cada ser humano es, de alguna manera, un exiliado que inevitablemente comprende, al llegar al otro lado, que “a todos nos han arrancado algo”.
Diáspora muestra el hueso de la poesía (“excavando entre el asco y la nada/ pude encontrar la liberación de lo poético”), porque, afirma, “no existe poesía/ cuando las palabras y los muertos/ no cuestan nada”.

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