El arcoiris de Dios

El arcoiris de Dios
Jordi Oliver
Cultiva Libros, 2014
Novela, 126 pp.

por Rubén Sacchi

La humanidad suma milenios; mientras tanto, una pregunta sigue sin respuesta: ¿qué es lo que empuja al hombre a creer en la existencia de Dios? cada quien tiene su respuesta, pero todas me llevan al común denominador de soledad e incertidumbre. La una es condición inevitable en ambos extremos de la vida, la otra es el desconocimiento y la zozobra de lo que podría haber por fuera de esos extremos. El resto, lo que enmarcan esos límites, pese a ser una ruleta rusa cotidiana nos tiene sin mayor cuidado porque para ello, aún para lo más absurdo, encontramos explicaciones.
El autor no es ajeno a esta búsqueda de sentido y parece haber encontrado el camino de la llamada “luz”, el método que le revela la existencia divina. Pero, pese al desarrollo que se empeña en exponer en su libro, lo único claro que nos deja respecto de la cuestión atávica es su inmenso deseo de que eso ocurra.
El arcoíris de Dios es un libro autobiográfico, bien escrito al estilo de un diario íntimo novelado, que cuenta la historia de alguien que, en un momento crítico de su vida, oye la voz del Creador. No le habla de manera solemne ni le empuja a alguna misión redentora de la especie; su mensaje es coloquial, como entre viejos amigos, y la única tarea consistirá en el autoconvencimiento de que esa manifestación no fue alucinada.
Conocí a Jordi Oliver hace años, cuando él dirigía una página y foro dedicados al inigualable grupo de música progresiva King Crimson, la mejor que conocí en castellano. Luego tuve la oportunidad de encontrarme con él en El Foro, un bar de Buenos Aires donde compartimos algunos tragos y diversos pareceres acerca del arte. Más tarde, tuve ocasión de leer alguna de sus ficciones y disfrutar de sus videos musicales. La impresión que me dejó es la de una persona altamente creativa y curiosa.
Creo que cada uno es su propio Dios, por lo que el desafío consiste en encontrarse a sí mismo. Quizás Jordi lo haya logrado.

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