Las aflicciones

Las aflicciones
Vikram Paralkar
La Bestia Equilátera, 2016
Novela, 152 pp.

por Rubén Sacchi

Lo que suele buscarse en un libro de literatura es que esté bien escrito. Lo que diga, si cuenta con esta cualidad, pasa a ser secundario. Si además el argumento es por demás original, uno se agarra a las páginas y las devora sin poder desasirse de ellas. El caso de Las aflicciones es uno de esos. Con una imaginación superlativa, que raya en el absurdo, y de ribetes surrealistas, expone un cúmulo de enfermedades que pueden hacer las delicias de aquellos lectores propensos a la literatura fantástica. La descripción de cada dolencia es un relato en sí mismo, que puede leerse con el placer de lo primigenio.
Estas historias, enhebradas con un hilo sutil, son la obra en sí misma, mientras que su eje central pasa a ser un agregado, necesario para aunarlas y del que el autor se vale, ya sea para evidenciar el nivel de ironía que posee su humor -uno de los personajes principales es un enano llamado Máximo-, o para formular alguna reflexión filosófica, tal como referirse a la enciclopedia, centro de la novela, impresa en pergaminos de piel de animal, diciendo: “¿Quién sabe cuántos animales se utilizaron para haces esta Encyclopaedia? Una Encyclopaedia para la curación. Escrita sobre la muerte”.
Cada padecimiento conlleva una paradoja. Así, el Torpor morum nos habla de la conciencia de la propia mortalidad y la relación con los demás seres vivientes; el Mal de Bernard refiere a indigentes y pordioseros, a punto de morir de hambre, cuyos recuerdos son de opulencia y extravagancia o el caso de la Intoxicación con Erysifia, una planta cuya infusión actúa de manera similar al suero de la verdad, que concluye con las palabras de un alquimista: “Todos creemos que la iluminación nos dará placer. Pero ninguno se atreve a mirar directamente el sol del mediodía”.
Vikram Paralkar es de origen hindú y médico de profesión. Ha escrito ensayos científicos que merecieron el premio académico de la American Society of Hematology. Este se supone su primer libro de ficción y vale detenerse a pensar ¿qué bagaje de realidad, acumulada en su profesión, lo llevó al desarrollo de semejante compendio?

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