Capítulo V, la cuestión armenia

Capítulo V, la cuestión armenia
por Rubén Sacchi

“¿Quién se acuerda hoy del genocidio armenio? Nosotros, el partido nazi reunido en Nüremberg”, preguntaba y se respondía Adolph Hitler durante el congreso que el partido nazi celebrara en Nüremberg en 1938. Tal vez haya que explorar en esa expresión, que para muchos asistentes habrá pasado inadvertida, para encontrar un indicio de la masacre que habría de ejercer sobre el pueblo judío.
Se sabe que, más allá de actitudes chauvinistas y pasiones que los gobernantes saben exacerbar a conveniencia entre la ciudadanía, el detonante de los conflictos bélicos es el factor económico y que, luego de acabada la guerra, la riqueza no queda en las mismas manos que la detentaban a su comienzo. No obstante este patrón inamovible de la ambición humana, en ese marco ocurren hechos que, amparándose en un estado de caos generalizado, sacan a luz lo más oscuro de la condición humana.
En el contexto de la primera Gran Guerra, el estado turco apresuró un proceso de purga étnica que significó la deportación y muerte de más de un millón de armenios entre 1915 y 1917. Uno de sus ideólogos fue Enver Pachá, entonces Ministro de Guerra, que morirá en 1922 a manos del Ejército Rojo.
Este personaje es el sujeto central del drama dirigido por Jorge Palant, que transcurre en un diálogo entre éste y el pastor Lepsius, que realiza una especie de juicio contra el criminal de guerra. A través de su voz hablan quienes fueran sus víctimas.
Capítulo V recuerda igual sección de la novela Los cuarenta días del Musa Dagh, escrita por Franz Werfel en 1929 y que éste eligiera para leer en diferentes conferencias de su gira por Alemania en 1932, tal vez como previendo una nueva matanza que no tardaría en llegar.Con excelente protagónico de Lindor Bressan en el papel de Pachá y buenas actuaciones de las voces de Lepsius, a cargo de Julia Dulitzky, David Robles, Mónica Boland y Eduardo Manelli que aparecen mezclados entre el público dándonos a los asistentes la entidad de tribunal.
Completando el equipo: Ana Lucía Porta, asistente; E. Grillo, voz en off; Alicia Vera, escenografía y vestuario; Nicolás Trovato, manejando una sobria y adecuada iluminación; Lucas Palant, fotografía y diseño; Ana Lucía Porta, asistencia y producción ejecutiva y el impecable manejo de prensa de la dupla Duche & Zárate.
Una obra fundamental que, enmarcada en el ciclo Teatro por la justicia, nos da herramientas de análisis y discusión para abordar un tema demasiado caro a los argentinos: la violación de los derechos humanos y la muerte como acción sistemática de un estado terrorista, valorizando la frase que debemos enarbolar con la mayor convicción: ¡Nunca más!

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