Agualava
Patricia Díaz Bialet
Ediciones Atuel, 2009
Poesía, 208 pp.
por Rubén Sacchi
¿Hay algo que conjugue en sí mismo el ardor volcánico y el bálsamo sanante? El amor, en su expresión carnal, quema y sosiega a la vez. El sexo, como una milenaria terapia animal que derrama en su éxtasis el agualava, un neologismo compuesto de dos vocablos que expresan, más que el súmmum de los dioses, un néctar bien humano.
Seis capítulos componen este volumen y, en ellos, muchos poemas precisan un origen o una fecha: un pueblo en el Norte, un lugar en la calle Humahuaca, que seguramente serán, por publicarse, hitos de relevancia en la vida de la poeta. Sin embargo, algunos datos nos transportan irremediablemente a un pasado tan común como terrible: Buenos Aires, 1977 “En lo externo se degollaban hombres y animales./ El vicio era feroz./ Imperaba la potestad del matadero,/ el latir de la furia”.
Agualava es un libro franco y expuesto, aunque no por ello previsible. Cada verso nos sorprende con “tres bocas de fuego para royerte la lengua”; la lava fluye incandescente “y te llamo cien veces a mi cuerpo/ a mi cóncava cueva de planeta parcial e inhabitado”, en la conciencia de que “Después del amor/ viene en una bandeja oscura el extenuado sueño sombrío”.
Estimado Rubén:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario en el sitio desmenuzartemejor. Aprecio tus palabras profundamente, ya que me devuelven una imagen de mi poesía vista desde otros ojos y no los míos, que son los que siempre están.
También aprovecho para felicitarte por tu cuidada Lilith, bellísima revista.
Un beso para vos y mis deseso de Paz para estas Fiestas.
Patricia Díaz Bialet