La isla de los pingüinos
Anatole France
Editorial Claridad, 2009
Novela, 336 pp.
por Rubén Sacchi
“En la situación presente -dijo con tranquilidad- se imponen tres medios de acción: contratar a los matarifes, corromper a los ministros y secuestrar al presidente...”. Esta frase, de increíble actualidad, bien podría ser parte de un diálogo entre el presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti y los generales golpistas, la madrugada del 28 de junio pasado, antes de perpetrar el golpe de estado; también cabría la posibilidad de que fuese la confabulación entre el genocida Augusto Pinochet y su jefe de inteligencia, Manuel Contreras, en setiembre del 73. Pero no, fue escrita en 1880 por Anatole France, Premio Nobel de Literatura.
Esta notable parodia de la historia de la civilización nos hace ver que nada ha cambiado desde que el mundo es mundo y el hombre comenzó a hacer uso de la razón para imponerse por la fuerza.
Es de celebrar que se realicen reediciones de estas grandes obras de la literatura, generalmente olvidadas de los catálogos de las grandes editoriales, y que poseen un inestimable valor para quienes buscan, a través de viejos pensadores, acercarse a la comprensión del presente.
– Creo que podrían hacer con el tiempo algo mejor que malgastarlo proponiendo adivinanzas sin solución.
ResponderEliminar– Si conocieras al Tiempo tan bien como yo –dijo el Sombrerero–, no hablarías de malgastarlo. El es de él.
– No sé qué quiere decir –dijo Alicia.
– ¡Claro que no lo sabes! –dijo el Sombrerero, sacudiendo desdeñosamente la cabeza–. ¡Me atrevería a decir que nunca en tu vida le hablaste a Tiempo!
– Tal vez no –replicó cautelosamente Alicia–. Pero sé que tengo que marcar el tiempo cuando estudio música.
– ¡Ah! ¡Eso lo explica todo! –dijo el Sombrerero–. El Tiempo no soporta que lo marquen. Si estuvieras en buenos términos con él, haría lo que tu quisieras con los relojes. Por ejemplo, imagina que son las nueve de la mañana, justo la hora de empezar la clase: sólo tendrías que susurrarle a Tiempo una insinuación, ¡y al instante girarían las agujas! ¡Una y media, hora de comer!
Lewis Carroll, "Una merienda de locos", Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas.
¡Que el Tiempo realice lo que desee tu imaginación! Felices fiestas y muy buen año.
Deborah Lapidus y Adrián Lastra
DL Prensa Cultural