contra la corriente
de Juan Bautista Duizeide
Grupo Editor Mil Botellas, 2009
Relato, 104 pp.
por Rubén Sacchi
Decir que Juan Bautista Duizeide se mueve en estos relatos como pez en el agua, sería una figura poco imaginativa pero más que apropiada para definir la destreza con que aplica su pluma y el medio donde supo transcurrir buena parte de su vida y que nutre la naturaleza de su prosa.
Quien haya frecuentado zonas portuarias, habrá percibido un común estigma de los hombres de mar, y no me refiero a estereotípos fáciles como tatuajes o una voz aguardentosa, sino a que jamás dejarán de navegar. Algunos hallarán la muerte en cubierta; otros, aún en tierra, seguirán derrotando en sueños los siete mares; pero están quienes ocuparán páginas intentando exorcizarlo para volver cada día a enfrentar su fantasma.
Quien haya frecuentado zonas portuarias, habrá percibido un común estigma de los hombres de mar, y no me refiero a estereotípos fáciles como tatuajes o una voz aguardentosa, sino a que jamás dejarán de navegar. Algunos hallarán la muerte en cubierta; otros, aún en tierra, seguirán derrotando en sueños los siete mares; pero están quienes ocuparán páginas intentando exorcizarlo para volver cada día a enfrentar su fantasma.
El mar, en estas historias, posee un poder de seducción sobre las vidas de quienes lo atraviesan: sobre los moribundos ejerce una suerte de euforia vivificante y su mística erótica no se agota ni aún en tierra firme.
Eduardo Belgrano Rawson escribió: “Hay buenos escritores que nunca pisaron un barco y navegantes que ignoran todo acerca del arte de narrar. Luego vienen los menos, duchos en ambos rubros. Duizeide integra este último grupo”.
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