Mi tren monoplaza


Mi tren monoplaza
Paula Irupé Salmoiraghi
Ediciones del Dock, 2010
Poesía, 56 pp.

por Rubén Sacchi

Ningún verso define mejor el trabajo de Paula Salmoiraghi como el de Adrián Abonizio que precede el libro: “Me pego un tiro con cada palabra”. Y es que sus palabras son disparos certeros a ninguna parte y a todas, hacia esos sitios imprecisos del alma humana, donde los lugares pierden la condición de absolutos y se relativizan en función de los sentidos, esos de los que René Descartes recomendaba desconfiar por engañosos.
Parece corroborarlo en los versos: “hacia el centro/ que es límite, el borde, la sorpresa/ quizás final”, del poema Blando vaivén. Un encuentro acompa­sado que es el momento amoroso, el avance temeroso y explorante de los cuerpos, la sed saciada que permanece insatisfecha.
El poema Frío de junio representa en una imagen todo el caudal poético de la autora: “La luna no es un cuerpo,/ .../ es el agujero que dejó/ un poeta enloquecido/ al cortar la punta cónica/ de la oscuridad”, donde describe, con simpleza infantilmente lisérgica, el enigma de la noche.
El libro reúne palabras frescas, de la primera juventud de la poetisa. Deja pendiente un futuro trabajo, que esperamos de la misma contundencia sumada a la madurez de su pluma.

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