Deriva
Deriva
Alejandro Archain
Paradiso Ediciones,2011
Poesía, 64 pp.
por Rubén Sacchi
Nada más acorde para asociar al agua lenta en que nos sumerge la poesía que la deriva, y de eso trata el libro de Alejandro Archain. Un tren que parte y las agujas de un reloj que giran, el tiempo eterno y las infinitas vías; quizás también nuestra mente parta en ese viaje, conformando un tercer camino paralelo: “Rumbo y horas// que fluyen/ por su torrente.// Pensamientos”.
Dos mundos separados por una ventanilla y el tren de las cinco como
frontera con el ayer y también con el presente otro que muere: “Más allá, la lentitud de una agonía/ un aliento apagándose/ en las cercanías del miedo”.
Como si fuese el recorrido postrero, toda la vida transcurre ante sus ojos: la agonía del padre, la mujer amada: “Tibia humedad, contorno./ Labios como rieles donde deslizar/ mi sueño”; tanto hay en ese viaje que hasta el propio tren cobra vida: “¿Cruje su incertidumbre/ de madera y hierro?”
Con guiños a otros poetas (Fernando Pessoa, Hesíodo o Enrique S. Discépolo) y un lenguaje contundente, no pierde la oportunidad de acudir al cine, como marcando el clímax que previene el desenlace y “Funde a negro/ en la próxima pisada”.
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