Estrategias de la pena
María Esther Vázquez
Editorial Victoria Ocampo, 2014
Poesía, 64 pp.
por Rubén Sacchi
Vivir es una batalla desde muchos puntos de vista. Infinitos frentes de lucha se presentan a diario y no quedan sino dos caminos: resistir o entregarse. Hay contingencias por demás evidentes, terribles, devastadoras, que asolan nuestros días pero, al que logra sortearlas con éxito, lo espera el enemigo con alternativas más sutiles, tramposas, que nos penetran como caballos de Troya y a las que no podemos sustraernos: los sentimientos.
Vivir y honrar la vida supone almacenar recuerdos de todo aquello que nos fue importante; es allí donde se agazapa la nostalgia, su compañera inseparable, que abre las puertas a la pena y que, como toda fuerza beligerante, maneja sus estrategias. Hay una evidencia de lo efímero de las personas y los objetos, la mujer que "una tarde cualquiera no volverá" o los terciopelos "pesados como los ataúdes" son algunas de esas tantas estrategias.
Cada poema es un cuadro de época, con sus detalles cuidados y la carga de una historia, sencilla pero propia y que se torna la única posible cuando se habla en pasado. Desde lo más reciente que asola a la sociedad, como en Llueve o llovió, denunciando la violencia de género, entre otras violencias, hasta esas otras mujeres que también fueron víctimas de su época en Lejanas damas de las fotografías.
María Esther Vázquez aborda ese escenario desde el inevitable dolor por lo perdido, pero con la alegría de alguna vez haberlo poseído, ya que nada es en sí mismo sino en función de su opuesto y la pena sólo es posible si alguna vez reinó la alegría.
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