Altares
suburbanos
de Emiliano Campos
Medina
Arte de tapa:
Marcia Schvartz
Ediciones en
Danza, 2018
Poesía, 70 pp.
El suburbio
bonaerense es un territorio donde sucede el amor y el desamor, la espera de
justicia ante su falta, el abuso policial con su sombra tanática. En ese
escenario descarnado la palabra suele tornarse dura, desesperada y a veces innombrada
para convertirse en un balbuceo. Sin embargo, en ese terreno poblado de seres
ásperos, Emiliano Campos Medina, encuentra los ecos precisos para convertirlos
en poesía y en imágenes documentales de una realidad desolada, como cuando
dice: "Bajamos del micro/en un descampado/Al pie de un monte/vimos una casa
derruida/y columnas de humo/de un basurero".
La soledad, en
los términos expresados por Rilke al decir, qué sería de ella, si no fuera
grande, es encontrada sin desentonar, en los ámbitos melancólicos de otros
paisajes, como los bares de San Telmo o a la dureza monumental del norte
argentino. Tal vez se trate de un viaje sinuoso expresado con las palabras
precisas, algo que no abunda en la poesía producida en los últimos tiempos,
donde los textos se enmarañan en una jungla de neologismos, las auto referencias
de los neo lacanianos surgidos en la UBA y la repetición de lugares comunes,
propios del progresismo literario, sitios poco aconsejables para crear poesía o
literatura válida.
Altares Suburbanos, no es un libro de poesía
más, es una obra amasada con el colorido plebeyo al cual le rinde culto, porque
es la materia con la que su poesía ha sido creada. Transitar el aura de lo
político, sin que el texto se convierta en discurso tiene sus dificultades,
pero la política es revelada en escenas donde se muestra para decir y nombrar,
una propiedad lograda con la sustancia de las certezas poéticas, si es que
realmente la poesía otorga alguna.
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