Paso de dos

Paso de dos
de Eduardo Pavlovsky
Centro Cultural de la Cooperación
Corrientes 1543, CABA
Viernes 22:30 hs

por Rubén Sacchi

"Estoy habitado; hablo a los que fui y los que fui me hablan", comienza el poema Los que fui, del belga Henri Michaux, que describe el desfile de personajes que cada quien crea a lo largo de la vida y que lo interpelan permanentemente. Es que todos nuestros actos, reales o imaginarios, se van a alojar en ese sitio de la psiquis al que llamamos conciencia.


La cultura represiva, por su misma naturaleza, engendra todo tipo de perversiones. Sobre todo las que derivan del poder que se ejerce sobre los demás. Frecuentemente, es el cuerpo el teatro de operaciones donde estas pasiones enfermizas actúan con saña.

Eduardo Pavlovsky dedicó buena parte de su obra a representar diferentes situaciones, inherentes a la última dictadura militar y las relaciones entre torturado y torturador, pero que pueden asimilarse a otros ámbitos y actores ya que, para que se instale el terror general, es imperiosa la existencia de terroristas nominales y de multitudes que lo observen, si no con beneplácito, con silencio cómplice.

Paso de dos propone múltiples lecturas de la relación entre un hombre y una mujer, en la que éste posee el monopolio de la violencia y la dominación, pero se topa con una actitud que escapa a su comprensión -lo que suele suceder con todo acto de resistencia- y lo acorrala en la incertidumbre, desmoronando su estrategia de control. Esa mujer que habita su conciencia lo pone en tensión dialéctica entre la que fue (su pasado) y la que probablemente es o hubiese sido (su presente), cuestión que es incapaz de resolver.

La adaptación notable de Sebastián Berenguer cuenta con muy buenas actuaciones de un elenco que se pone al hombro la difícil tarea de sacar al frente una obra hermética y de complejo parlamento. En su desarrollo, no sólo la palabra prevalece, también los silencios cobran gran fuerza cuando los que hablan son la mirada y los gestos.

En la faz técnica, se destaca una iluminación bien trabajada, a veces plena y por momentos escamoteada, para que el espectador acabe con la composición del cuadro en su imaginación. Acompaña un sonido adecuado y sugerente, todo sobre la escenografía sobria de un departamento.

Una excelente propuesta en la que El entenderá, tras la aparición de Ella que, como concluye el poema de marras, "Nunca se está solo en su pellejo".


Elenco:

María Fernández Vocos
Marcelo Melingo
Paula Morales

Equipo:

Vestuario: Vera Rinaldi
Escenografía: Héctor Calmet
Diseño de luces: Matías Noval
Música original: Martín Pavlovsky
Fotografía: Sebastián Ochoa
Diseño gráfico: Mano Leyrado
Asistencia de dirección: Carolina Peralta
Producción ejecutiva: Sebastián Berenguer, Horacio David
Dirección: Sebastián Berenguer

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