La vida leve
Norma Etcheverry
Ediciones La Carta de Oliver, 2014
Poesía, 64 pp.
por Rubén Sacchi
Sobre el libro flota la conciencia de lo efímero. Esa idea de que cada segundo se consume irrepetible y carga tanto su cuota de encanto como de tragedia.
La vida leve por momentos parece aludir a la obra de Milan Kundera, La insoportable levedad del ser, cuando plantea que "El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni enmendarla en sus vidas posteriores".
Aquí, la fatalidad de la existencia se manifiesta en desarraigos, desgarros y vivencias inconclusas, ese es su fondo, aunque el marco de referencia pueda ser bucólico y, a veces, hasta feliz. La pequeña felicidad debe conservarse en la memoria de un ayer que “la protegía del futuro”.
Pero, además, la profunda poesía de Etcheverry se compromete, toma posición frente a temas que atraviesan la problemática social, como las madres solteras, las inundaciones, los desaparecidos y el papel traicionero de los medios de comunicación. Todo en una atmósfera de universalidad, mudando los escenarios a distintas partes del mundo interrogando “Acaso sabemos de qué escribimos”.
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