Actas del naufragio
Claudio Simiz
ArbolAnimal Ediciones, 2014
Poesía, 36 pp.
por Rubén Sacchi
El mar es el sitio último. No el final, sino aún la permanencia en el absoluto. Allí se funden todos los ríos de la tierra y esa metáfora puede encerrar el postrer intento de alcanzar lo soñado.
Claudio Simiz recrea en su poesía a un avezado marino que, tras otear el
horizonte, se larga a la mar en su búsqueda. En su ruta, es sorprendido por la tempestad y el naufragio es inevitable. Pero el navegante y su rumbo no son sino figuras que representan la vida y su objetivo final: el amor.
Actas del naufragio es un libro del amor perdido, o jamás hallado, pero
nunca del desamor, pese a los pactos con la Muerte que nos dejan “sonriéndole a la nada”. Expresa el destino de quien deriva errático porque echó por la borda su astrolabio.
La vieja duda shakesperiana del ser o no ser se traduce en “qué hacer con la memoria” o sin ella, mientras en Derroteros I, desarrolla una especie de curva de la sabiduría.
“Preferimos creer/ (..)/ que la voz nos traduce”, declara el poeta, y en esa idea nos entrega estos versos, simples “lazos obstinados del corazón y la memoria”.
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