Villa Elvira

Villa Elvira
Carlos Aprea
Pixel Editora, 2014
Poesía, 58 pp.

por Rubén Sacchi

Las recientes noticias la han puesto en la pantalla de los noticiosos. La pusieron en palabras y en imágenes que, entre otras tantas, pueden parecer ajenas. El barrio, otra vez, azotado por las inundaciones. Sin embargo, quien se tope con los versos de Carlos Aprea, sentirá los paisajes como propios. Esa es la maravilla de la poesía, que nos hace ver que somos parte de una aldea, que es otra pero a la vez la nuestra.
Como reza la Nota Editorial: “una geografía sin más terruño que la hoja y sin más bandera que la tinta”.
Villa Elvira, el barrio del poeta, alberga historias que han protagonizado decenas de personajes: el botellero, quizás un pionero del reciclaje; el afilador, con su diminuta armónica girando la piedra
circular; el cura resentido y su pedagogía del dolor o el viejo borrachín que se quedó sin bares.
Los versos de Aprea son estocadas en forma de caricias; llegan hondo, laceran, pero aplican el bálsamo de la poesía para que el lector pueda, por ejemplo, recorrer la infamia de la violación y la aridez de la impunidad, sin morir en el desánimo.
Muy interesante trabajo, casi plástico, donde la maestría de la pluma dibuja estampas de la memoria.

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