Balbuceos (en noviembre)


Balbuceos (en noviembre)
de Ramón D. Tarruella
Editorial Mil Botellas, 2008
Novela, 170 pp.

por Rubén Sacchi

Un suicidio no es la mejor manera de empezar el día, pero puede ser un excelente detonante para dar comienzo a una novela.
De ese acontecimiento brutal parte el autor para referirnos, intuyo de manera cuasi autobiográfica, la vida en la adolescencia y primera juventud durante una época que sólo propició el vacío y se dio en llamar el menemismo.
Ese vacío es lo que sobrevuela el clima general del escrito. Chicos con mucho en su interior y sin un sitio donde volcarlo provechosamente.
Ramón Tarruella, integrante del Grupo Editor Mil Botellas, debuta en el género y no lo hace nada mal. Logra un fresco suburbano que describe con maestría los barrios y calles del sudeste del Gran Buenos Aires, donde el alcohol, las drogas y la música de rock acunan los sueños de miles de muchachos faltos de oportunidades y con ansias tremendas de vivir.
El libro se divide en tres partes. La primera cuenta el proceso de elaboración de una novela; la segunda es el desarrollo de esa historia; por último están los Epílogos, cinco de ellos, como para cerrar esa historia, que no queden cabos sueltos y, de ser posible, cicatrizar las heridas.

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