La poesía, las nubes y el ajo
de Carlos Sánchez
Edizioni Librati, 2009
Poesía, 128 pp.
por Rubén Sacchi
El título de este nuevo libro del poeta y escritor Carlos Sánchez tiene una línea directriz que, indefectiblemente, nos conduce al blanco, tal vez como sinónimo de pureza: el ajo, las nubes y la poesía, que también pueden asumirse como cuerpo, mente y espíritu, esa compleja comunión que resulta ser el ser humano.
Y digo esto, porque sus versos son claros, aunque no por ello están libres de metáforas ni flotan en la superficialidad de la existencia. Por el contrario, se adentran profundamente en ese terreno pero sin asfixiar, dan aire. Quizás porque el autor habla desde la experiencia de haber vivido y, frente a las tragedias como el exilio, la injusticia, la muerte o la guerra, transmite un dejo de serenidad, la que deviene de asumir las propias limitaciones y exorcizarlas a través de la poesía: “Mi pobre poesía no puede remediar/ el aluvión zoológico de las huestes./ No por eso mi canto enmudece/ no por eso se extingue”.
La edición, impresa en Italia, donde el poeta reside desde 1968, es bilingüe y fue confeccionada con solidez. La cubierta exhibe una ilustración original de la artista plástica Cecilia Sánchez, interesante trabajo entre el surrealismo y el naïf.
Esperamos próximamente el arribo del volumen a estas costas, será una manera del autor de retornar al terruño natal.
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